a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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lunes, 8 de diciembre de 2008

Un apunte acerca de la Muerte de Jesucristo


Un romance castellano dice: "Corazón que no quiera sufrir dolores, pase la vida entera libre de amores".
El concepto de mal no lo sabemos manejar. De hecho, ver el mal con tal entidad como el bien es algo propiamente gnóstico.

Es pensable la dimensión relativa que tiene Dios de la muerte. Si incluso para un creyente, la muerte supone un tránsito no más, para Dios supone algo como un "Hola, sigues por aquí! Qué bien!".
La Muerte de Jesucristo fue el acto Redentor y era necesaria. Quién va a dudar de esto después de dos milenios!? Era necesaria la Encarnación para que la Humanidad satisfaciera su pena, sino era imposible. Y aquí hay una conjugación de Misericordia y Justicia admirable. Y el amor hace lo que tiene que hacer, independientemente de lo costoso que sea.
Jesús, así lo veo, no me salva por el sufrimiento. Sino que me dice cuál es la verdadera importancia del sufrimiento: el sufrimiento deja de ser obstáculo para que ame. Jesús me salva porque vuelve a abrir los caminos divinos de la tierra, me vuelve a hacer posible que tenga acceso al fruto del árbol de la Vida en justicia y no por privilegio de un consentido y mimado hijo-de-papá. Fruto que es la Eucaristía.

Pues no estamos hechos para el sufrimiento. "Estamos hechos" para labrar y cuidar el jardín del Edén, para amar en definitiva.
Si perdemos la noción de pecado, perdemos la noción de sacrifico, y viceversa. Y si desfiguramos la noción de sacrificio, no entendemos la Redención. Y acabamos desfigurando nuestra concepción de Dios al no saber conciliar aparentes contradicciones en Él. Y acabamos también por difamar a la Razón.

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