a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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jueves, 11 de diciembre de 2008

El hijo del Hombre, el hombre infinito


Jesucristo, como persona, es muy especial ya que tiene dos naturalezas.
Jesucristo es el hombre de la Humanidad de valor infinito en cuanto ofrenda del sacrificio, dado por Dios. Si Dios creó a nuestros primeros padres, siendo nosotros descendientes de ellos, en Jesucristo se realizó un nuevo acto creador.
Al igual que no es posible imaginar el alma, menos todavía es posible imaginar la naturaleza de Dios en Jesucristo. Por llamarlo de alguna manera se habla de una unión hipostática.
En Jesucristo, siendo Dios, o de naturaleza divina (supongo que es lo mismo decir una cosa que otra), lo que se tiene que dar es que sea hombre. Dicho de otro modo, JC tiene que ser un hombre de valor infinito. Así el hombre da a Dios lo que en justicia le debe: el cumplimiento de una condena infinita contraída por un delito infinito: el pecado original.
Aunque tenga dos naturalezas, ¿la persona es humana o manifiestamente humana? Sea como sea, no como los demás hombres, criaturas de Dios de valor finito, sino como hijo del Hombre.
Adán y Eva eran perfectos hombres en el paraíso. Ellos con toda su descendencia en el paraíso, es decir, toda la Humanidad sin mácula no tiene el valor necesario para alcanzar el perdón de una ofensa a Dios, la Redención.

Así soy capaz de comprender el silencio de Dios, en la prueba, en tal trance, y me es posible tomar a Jesús como modelo.

Y me surge alguna cuestión más. Jesús fue tentado. En aquel momento no vivió el abandono de Dios?
Jesús crecía en edad y sabiduría. Alcanzó la sabiduría que le permitió realizar su misión con el silencio absoluto de Dios: Sacerdote, Víctima y Altar.
A mí, la teoría esa de las dos voluntades, no me la acabo de creer.

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