Un programa de TV llamado "La experiencia atea". Tienen legitimidad para hacerlo.
Obvia decir que están en su legítimo derecho, pero seguro que alguno, en su primera reacción, le puede exaltar. De seguro que ve apología del ateísmo, ridiculización del creyente, blasfemias a la creencia y al mismo Dios,...
Al 90% de los creyentes no les gustará el vídeo. Pero es un programa alimentado por llamadas telefónicas de creyentes. Claro que en cuanto haya un creyente que les "venza" en su terreno, o bien se acaba el programa, o bien "muta". Imposible, diría yo.
Al 90% de los creyentes no les gustará el vídeo. Pero es un programa alimentado por llamadas telefónicas de creyentes. Claro que en cuanto haya un creyente que les "venza" en su terreno, o bien se acaba el programa, o bien "muta". Imposible, diría yo.
Hablando en general, el ateo seguirá siendo ateo. Y queriéndole poner el anzuelo en la cabeza, con razonamientos, muchos de los cuales son muy peregrinos, no se consigue nada. Gente como Edith Stein hay pocos. Y en su caso fue un proceso personal, durante el tiempo que hubiese necesitado. Llamando los creyentes al programa, que honestamente les gustaría que dejaran de ser ateos y empezaran a creer, se está imposibilitando la conversión deseada y querida. La verdad y la sabiduría no se alcanza con un solo diálogo con alguien exterior. Estas siempre son un convencimiento y una certeza trabajadas en el interior, en el corazón en tanto que el centro y el núcleo de la persona.
En este vídeo, se da un caso muy claro, sencillo y patente de la preclaridad del señor calvo. Está claro que tenemos la capacidad intelectual y los recursos para salvar la situación. Y eso nos serviría para dos cosas: para irnos tranquilos a la cama y para reírnos de la torpe trampa dialéctica del señor calvo.
Pero quien reconozca "la patinada" de nueronas que solemos tener, se convertirá de corazón (valga la expresión, valga esta última magnafrase).
Hola Fonso, interesante vídeo este que pones. Algunas veces me han planteado cosas así, y mirando la parte donde viene a decir que es un desperdicio de vida el hacerle caso a Dios, yo se lo plantearía a la inversa, diciéndole al "señor calvo":
ResponderEliminarBueno, no tienes claro (o has decidido no tenerlo) si Dios existe, y mucho menos puedes creer que es un tirano cruel (yo tampoco creo eso), pero eso es porque lo asocias con un grupo de normas morales; el planteamiento es erróneo, porque Dios es "personal", no un frío manual de instrucciones. ¿No lo conoces? Lo entiendo, porque mucha gente que va a todo tipo de "iglesias" tampoco lo conoce... Pero llegados aquí, considero que, incluso si Dios no existiera (hablo como si fuera ateo) haciendo uso de la lógica de la que presume, preferiría llevar una vida acotada por mi conciencia y no rechazaría la posibilidad de que ese ser supremo existiera, que sería como jugarse la vida entera a cara o cruz. Sigo hablando como si fuera incrédulo: Si no creer en nada no me asegura nada, pero creer en Dios e intentar saber más de Él me puede bastar para alcanzar esa "salvación", prefiero creer y ser feliz con ello, porque entonces disfrutaré esta vida y tendré un boleto de entrada para esa "supuesta" vida eterna; del otro modo, ni tengo expectativas de futuro, ni esperanza... Prefiero vivir contento con una entrada en mi mano, que tentar la suerte de llegar a un lugar habiendo sido prepotente y quedarme a las puertas, no por haber sido "malo", sino por haber dicho con claridad que no estaba dispuesto a entrar jamás, y por haber tirado la llave (la fe) que un día tuve en mis manos... Despreciar eso si que es incoherente, pero que cada cual haga lo que tenga que hacer, que la verdad (sea cual fuere) no la cambia nadie. Yo por mi parte, escojo creer en Dios, en su gracia, en que no depende de mi buen obrar sino de su buen proceder, y que algo que aleja a la gente de Dios, es simplemente esto: La falta de fe.
Buen post, amigo. Nos "leemos".
Saludos
Señor Peregrino, le debía una respuesta a su comentario. Sorry!
ResponderEliminarPrometo aprender y mejorar mi cortesía de anfitrión. jejeje
Bromas aparte, sí que tenía pendiente el seguir comentando al respecto.
Podemos criticar al ateísmo y a lo que cada ateo tenga a bien decir. Estamos criticando la crítica porque así es un modo también de fundamentar nuestra Fe, de evolucionarla, de purificarla, y porque así también nos vamos más tranquilos en la cama por haber vencido en nuestro interior una pequeña batalla de esta gran guerra.
En lo que falla el creyente telefónico es algo tan simple como que la moralidad es algo subjetivo que solo Dios puede juzgar. De hecho solo Él es Juez.
Sin embargo, es muy común pensar que la moral es un análisis objetivo de hechos perfectamente definibles además, como bien nos gusta.
Por tanto la crítica que nos hace el señor calvo es lúcida y preclara. Es algo tan de sentido común y sensato que es apabullante para ese creyente que acaba colgando al quedarse sin recursos.
La Ley divino-positiva la podemos considerar heterónoma, pero la Ley eterna y la divina son autónomas.
Creo que todos llegamos a un momento en el que descubrimos que Dios no es ni el que nos han pintado ni el que nos hemos pintado. Al igual que en Anatomía no se encontró el alma, ni los astrofísicos encuentran a Dios en el Universo.
Personalmente a los ateos los aprecio mucho. Y no quiero restarles un ápice de honestidad. Sin que quiera decir con esto que sean perfectos e irrefutables.
Bueno, creo que he estado reflexionando en voz alta y diciendo algunas cosas que dices tú a mi manera.
Veo ahora que sigo teniendo pendiente responderte y llegar a ser un buen contertulio.
Un abrazo.
Querido Peregrino, he releído tu comentario y la verdad es que básicamente estoy de acuerdo contigo. Podría firmarlo yo también.
ResponderEliminarAhora bien, si me permites añadir algo y quizás me repita diciéndolo, pienso que en el diálogo directo con un ateo la dialéctica, la racionalidad es estéril, tanto para una parte como para otra. Y de ahí a enfrascarse con diatribas no hay más que un paso.
Prefiero reconocer en qué está siendo honesto intelectualmente y cuál es el núcleo de la crítica que me hace para poder avanzar personalmente en este camino hacia la Sabiduría que todos vamos recoriendo.
Así como reconocer qué parte de mi discurso no es intelectualmente honesta aunque personalmente me esté sirviendo y qué parte de mi discurso son recursos falaces para llevar las cosas a mí terreno. Hay que saber que esto último si no lo reconocemos y corregimos genera tensión y violencia en el "contrincante retórico". Al menos nosotros de podemos permitirnos ese "lujo", ya que aunque salgamos airosos del debate está en juego nuestra salvación eterna.
Y la verdad es que como nos dice el señor calvo, la razón se nos quiebra a veces.
En un momento él se "cabrea" y dice: "¡Si no puedes pensar por ti mismo, no me sorprende que creas en un dios!". También le dice al interlocutor creyente que resolviendo esas cuestiones difíciles tiene una lucha moral donde se da cuenta de que es más moral que el dios que le enseñaron. Y después le dice: "Eres mejor que tu dios, eres mejor que tu religión".
Son palabras que perfectamente las puedo poner en boca de Jesucristo en el momento de mi Juicio particular.
No?
Si Fonso, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarPor un lado, creo que la dialéctica de argumentos termina siempre en un enfrentamiento en el que, en demasiadas ocasiones, cada cual pretende llevar la razón con "su verdad", en vez de buscarla de mutuo acuerdo.
Los argumentos de un ateo son tan válidos para él, como puedan ser los nuestros para creer en Cristo. Por eso, creo que a veces no son las palabras, sino los hechos los que pueden marcar una diferencia. Y una actitud que creo que cualqueira debiera captar es la de la preocupación por la persona, y no por sus "ideologías".
Claro que el presentador de ese programa hace una crítica certera, incluso le doy la razón en que la mayoría de los "cristianos" no piensan por sí mismos, y por eso tantos sucumben, porque defienden lo que "otros" les han enseñado (o incluso impuesto) como doctrina, pero no han tenido el acercamiento real al LOGOS, la Palabra Viva, Jesucristo.
Si alguien pretende defender alguna idea, esta tiene que ser vida en su vida, y no meras palabras aprendidas del discurso de otro, y ahñi fallamos, cuando repetimos como papagayos lo que nos inculcaron, en lugar de buscar cada cosa y cada tema, hasta tener la lena convicción de cada cosa que creemos... Llegados a ese punto el diálogo se torna diferente, y transciende a las meras palabras. No sé si llego a explicarme, pero podemos seguir dialogando si quieres.
En todo caso, concuerdo con lo que dices, y hemos de ver este vídeo como un reto a mejorar nosotros mismos.
Saludos desde el sur de España, amigo.