a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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miércoles, 18 de febrero de 2015

Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús

 
 
En el "Misal Completo para los fieles" del P. Vicente Molina SJ, publicado en 1941, se recogen una serie de prácticas de piedad diarias, semanales, anuales,...
 
Entre ellas tenemos la "Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús" prescrita por el Papa Pío XI en su día.
 
Todo el Misal y, por tanto, estas oraciones, se formulan con un lenguaje de hace un siglo y más. Por lo que requiere una lectura atenta y reflexiva para bien orar. Cuanto más ajeno a nosotros, hombres y mujeres de hoy, sea un lenguaje, bien por diferencia de época, bien de cultura, más cuidado deberemos poner en no mal interpretar o despreciar tal texto.
 
Aprovechando este post, quiero hacer actual esta oración en función de la situación, mentalidad y la realpolitik actual. Por lo que si me tomo la licencia de hacer alguna pequeña modificación, se referenciará a pie de página, así como alguna explicación que se vea conveniente. Vaya por delante que nadie perteneciente a una iglesia cristiana, no católica, tome esta oración por "católico-céntrica".
 
 

Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús.

 
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar: vuestros somos y vuestros queremos ser; y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.
 
Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros y atraedlos a todos a vuestro Corazón Sacratísimo.
 
Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado: haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos: devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor. Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del fundamentalismo(1); dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.
 
Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto(2); descienda también sobre ellos, bautismo de redención y de vida, la Sangre que un día contra sí clamaron. Conceded, oh Señor, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia(3); otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz: Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud; a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén.
 
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(1) En el texto original dice: "en las tinieblas de la idolatría o del Islamismo". Añado "fundamentalismo" y elimino "Islamismo". No cabe en esta modificación una equiparación entre Islam y fundamentalismo. Son dos operaciones independientes. Así se reza por los fundamentalistas, sean quienes sean, en todo el mundo, de todo el género humano.

(2) En clara referencia al pueblo judío y al Israel actual con una política violenta. Recuerdo que el pasado agosto, este blog se reactivó para orar y pedir oraciones por Israel, en un sentido, y por los palestinos, en otro. Consultar Archivo del blog.

(3) La Iglesia en mayúscula se puede tomar perfectamente como el conjunto de las iglesias cristianas, incluyendo la católica y la ortodoxa. Todas forman la Iglesia de Cristo y en Cristo tener un mismo corazón que supere delimitaciones y denominaciones. A nivel personal todos tenemos una excelente relación de amistad, fraternidad y de diálogo teológico. Y compañeros todos en el particular camino espiritual de cada cual.
 

martes, 17 de febrero de 2015

Tiempo de conversión

silentium, arvo pärt
 
Siempre es tiempo de conversión, de sanar, de recuperar el norte, de desarrollar el verdadero yo, de eliminar el ego. Una y otra vez. Siempre es tiempo. Siempre nos apartamos sin consciencia y hay que volver, hay que recomenzar.
 
Presento ahora un esquema del proceso de conversión. Al final, notas para los no creyentes.
 
 
⎻ ㊘ ⎻ Escenario necesario.
 
Silencio interior y discernimiento:
{deseos, concupiscencias, idolillos, corrientes y tendencias exógenas-mundanas} y necesidades inmediatas y/o imperiosas.
 
... versus...
{daño, herida, desorden, carencia... en la propia naturaleza} y verdadera necesidad de Gracia.
 
⎻ ㊮ ⎻ Trabajo.
 
1.- Liberación de:
objetos de deseo / amor concupiscente / querencias exógenas-impersonales / dependencias materiales y afectivas.
 
2.- Apertura a la Gracia:
meditación, oración, corazón (ser), amor (obrar); Sacramentos.
 
3.- Ejercer continuamente (como en segundo plano):
- paciencia (sin tiempos ni plazos, esperanza),
- fortaleza (continuidad, seguir en camino),
- justicia (proceso de sanación / salvación / redención / obra de la Gracia), y
- templanza (serenidad, sensatez, equilibrio, ritmos sin tiempos).
 
⎻ 逃 ⎻ En otras lenguas.
 
Nota para los no creyentes:
- sustituyan Gracia por energía;
- Redención y Ralvación es sanación y armonía a todos los niveles.
- Sacramentos también son energía.
-la Reconciliación, liberación de culpabilidades, se refiere a desbloqueos energéticos y dinamizar su flujo.
-la Eucaristía es el "alimento" para revitalizar la energía.

miércoles, 8 de octubre de 2014

El Corazón de Cristo Jesús

 
En Jesucristo contemplamos su Humanidad y su Divinidad, su Humanodivinidad y su Divinohumanidad. Considerando los textos de los Evangelios, el corazón pasa por alto la distinción de estas dos naturalezas, así como otras muchas de las consideraciones disciplinares del saber humano. Aún siendo su persona divina, su Humanidad siempre se nos presenta. Cuando su Divinidad no es manifiesta, sí lo es en su interior a Jesús. Y en ciertos, esa naturaleza divina parece que también se le oculta a Él mismo. Veamos. Aunque me parece que no todos ponemos la línea divisoria entre lo humano y lo divino a la misma "altura".


¿En el establo de Belén, se ve su Divinidad? Se la reconoce, más bien. Se sabe de ella por parte de sus padres y por nuestra parte. Los magos no adoran al Dios Encarnado, adoran al rey de los judíos. Los pastores no parecen conscientes de la trascendencia de lo ocurrido. Sienten un gran gozo, eso sí. Ven una familia maravillosamente humana, serena, transmisora de paz y alegría, feliz con el nacimiento... y un niño hermoso como ninguno.
"El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él." (Lc 2, 40)
El niño encarna a la misma Sabiduría, ok. Pero se iba llenando de sabiduría. Todo es muy humano y lo divino se le supone por el maravilloso desarrollo humano, no por destellos de luz por las comisuras de lo terreno o por las grietas de la Realidad.

A los doce años, con la educación y formación recibida en todos los ámbitos (humano, profesional, religioso, teológico, social,...), ya es consciente de quién es y seguro que también de su misión. En este episodio del viaje familiar a Jerusalén por Pascua, es muy simbólico sin mengua de su grado de historicidad. Las cifras son: 12 años de edad y 3 días perdido. Los padres pasaron por un calvario, pasión, muerte y hasta por una resurrección. Si José no estuvo vivo cuando lo condenaron y ejecutaron, ya tuvo un anticipo, su participación en ese dolor y su cooperación en la Redención. María igualmente, guardando todo en su corazón. Algo que, sin duda, rescatándolo de su memoria, le ayudó a vivir el tiempo en que su hijo estuvo maltratado y martirizado públicamente ante su presencia, muerto realmente y en espera de su vuelta.

Todo muy humano y aunque la mano de Dios estaba sobre él, su divinidad, más que verla, se la reconocemos por fe y la podemos adorar en verdad. Una divinidad que, por lo visto y por el momento, no se le oculta a él.


¿Cuándo se manifiesta la divinidad de Jesús? En su Bautismo, en la Transfiguración, prefiguradamente en las bodas de Caná y en la multiplicación de panes y peces, cuando perdona los pecados, en la confesión de Pedro y, de algún modo, en ciertas confesiones requeridas antes de realizar un milagro, en la resurrección de Lázaro aparece como forzada por las circunstancias, como pidiendo un favor al Padre, en la Última Cena y, sobretodo, en su Resurrección y Ascensión.

En mi creer, siendo lícito entre otras consideraciones, los momentos en los que su Divinidad se oculta tanto a nosotros como a Jesucristo son los relativos a su Pasión y Muerte. Es cuando vive el más completo abandono. No es un absoluto abandono ya que se encuentra con su madre y sus Corazones vierten en el otro su propio dolor, confirmándolos y fortaleciéndolos a ambos para consumar completamente la Historia. Puede incluso que María sea una ventana abierta hacia su Padre pendiente de los acontecimientos y de la suerte de su Hijo.

La energía de Herodes le debió ser bastante desagradable y la mejor posición a adoptar fue no responderle y, quizás, tampoco cruzar la mirada con él. Le vistieron de rey y le encasquetaron la llamada corona de espinas a palos, todo para reírse y mofarse de él. Lo azotaron con un látigo de cuerdas con una pieza metálica al final con la cantidad de azotes establecidos dejándole en llaga viva. Cargó con el madero al que iba a ser cosido, subió el monte, por si fuera poco, y colgó de unos clavos que le atravesaban las muñecas y los pies produciéndole, además del dolor, calambres según las posturas en que podía estar.


Sufrió en su espíritu, en su alma y en su cuerpo; abandonado por Dios, por los hombres y hecho trizas. Desde su Encarnación hasta su Muerte fue igual que nosotros. No pecó pero, en este último episodio, sí le causamos daño/pena y padeció dolor en los tres sentidos, como nosotros (que sí somos culpables).

La historicidad de estos hechos representan simbólicamente nuestro Camino y su Cuerpo el estado de nuestro corazón. En toda su vida nos muestra el Camino, Él mismo y el espíritu en que debemos afrontar nuestra vida y sus avatares. En la imaginería, su Corazón se representa como su Cuerpo: llagado, con la corona de espinas y encendido de Amor.


Contemplar su Humanidad nos hace mucho bien y es una gran enseñanza. Amar su Corazón es contagiarse de su Amor, conocernos, ganar en consciencia, abrirse y ofrecerse para recibir su Salvación y Salud, permitir que consume su Amor para con cada uno de nosotros y consumir nuestro Amor por Él, fundiéndonos en uno.

Nunca hay que olvidar al Corazón de María y a María misma en nuestro trato íntimo. SuCorazón igualmente encendido está atravesado por una espada (o siete), tal como profetizó Simeón. Ella "suple", valga la inexacta e inadecuada expresión, a Cristo cuando se nos antoja oculto o dormido, distante o indiferente. En esos momentos, ella nos lleva a su presencia de modo dulce y suave a nuestra alma, y nos consigue el retorno a nuestra unión esponsal con Él.

Los Sagrados Corazones de Jesús y María nos acercan más y de una manera especialmente más humana si cabe a la Vida en el Espíritu y al Padre. Nos facilitan el conocimiento del Misterio y encienden nuestro corazón para saber amarnos a nosotros mismos y a los demás tal como nos amamos, para afrontar todas las situaciones y vicisitudes de nuestra vida personal, social, intelectual, política,...
"He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!" (Lc 12, 49)
 

domingo, 5 de octubre de 2014

La autocompasión y la compensación

 
 
Se desata una terrible tormenta, viento y mar enfurecen, cae un chaparrón tremendo, la barca es ingobernable, fuertemente zarandeada y cayendo sobre ella las grandes olas. La barca corre grave peligro de naufragar y todos temen seriamente por sus vidas. Todo queda fuera de control. Qué es el hombre sorprendido por catástrofes naturales? Una hoja de árbol caída a merced de una suerte en contra. Y en esos momentos, Jesús permanece durmiendo en proa como si estuviera balanceándose en una hamaca o mecido en una cuna.

Nos podemos enervar y sernos imposible el contemplar, no poder ser conscientes a distancia de nuestros yoes y de la realidad circundante, y, por tanto, ser incapaces de capear el temporal con templanza y señorío. Nos vemos en medio del fragor y el caos de un choque de egos, una batalla en la que todos pierden. Pegados al falso yo, tememos y nos volvemos iracundos o hacer gala de otros mecanismos de defensa.

Oración? Ir a proa, no perder el norte, allí está Jesús durmiendo. Sacudirlo para que despierte y decirle "que perecemos, Señor!".

Nos dirá hombres de poca Fe. Pues en esos momentos de ira divina no estamos viviendo la vida del espíritu, la Vida en el Espíritu, en su Espíritu. Viviendo la Vida nueva, de la que ya tantas veces hemos hablado, no hay temor, no es necesaria la ira (como pasión vital), puesto que es la vida verdadera y no se teme por la muerte. El falso yo sí que es todo temor puesto que es totalmente inconsistente, sin entidad real: necesita recurrir a sus mecanismos de conservación. Mientras no tengamos la suficiente Fe, esa fortaleza en la unión con el Espíritu y mantener nuestra capacidad contemplativa para gestionar la situación, forzamos a Cristo a cesar el temporal y a calmar las aguas: lo provocamos, lo ponemos a prueba, como una especie de tentación de las que tuvo en el desierto.

Estas cosas pasan cuando luchamos contra el mal. Este es otro aspecto de nuestra falta de Fe y de Esperanza. Lo que conlleva necesaria e indefectiblemente a una falta de Caridad: con la ira pretenderemos estar dominando y, si es posible, machacar al mal sin distinguirlo de la persona que "lo lleve", sea uno mismo o un prójimo. El mal alimenta su fuerza con nuestra fuerza en batallarle: lo que se llama "escalada de violencia". En realidad, nuestra fuerza contra el mal es una fuerza del mal. El mal siempre vencerá, sea el contrario o el de uno mismo. En ambos casos, sin distinguir uno de otro, siempre nos sentiremos derrotados a poco que nos quede un resquicio de consciencia (siempre queda algo).


Qué ocurre en el falso yo cuando la ira no se despierta? Necesita otro mecanismo de defensa; no puede permanecer indiferente. En esa situación, el falso yo recurre a autocompadecerse: entra en el estado permanente de queja. El falso yo no está conforme con nada, no termina de aceptar nada, le resulta todo incómodo y molesto, se ve desubicado,... y todo son excusas y sinrazones. En el fondo, aunque tenga la razón (al menos en el análisis crítico), y como ya sabemos, el falso yo quiere soluciones inmediatas: ira o queja.

Ambas son muestras de inmadurez, ambas son reacciones infantiles. Dado que los niños, aún en su verdadero yo, por edad son incapaces o no saben, teniendo necesidad de sus padres, de su ayuda ejemplar. No olvidar que el verdadero yo también puede recurrir a la ira como nos ilustra Jesús con los mercaderes del Templo. Un niño derrotado y sin ayuda será una persona autocompasiva. Un niño acostumbrado a satisfacer sus caprichos con rabietas será iracundo. Un niño que consigue sus propósitos haciéndose el débil y dando lástima será una persona tóxica y manipuladora.

La autocompasión es un detenerse. Las cosas no pueden quedar para el falso yo en un sentirse derrotado, en un sentirse incapaz o superado por la situación. Necesita superar esa frustración, como volviéndose a sentir vivo, dejar esa soledad deprimente (si no llegan las depresiones). Lo inmediato es compensar de algún modo ese dolor de dos formas: buscar en otros el afecto, la aprobación tergiversando la verdad y mintiendo, mostrando su buenismo, su pretendida cara tierna, su "alegría" como si fuera poseedor de la verdad; o crear y satisfacer otras necesidades como comer, beber, jugar, eludir responsabilidades, evadirse, placer sexual, dominación de otro más débil,...

Y aún queda un recurso antes de deprimirse si nada de esto puede funcionar: la de unirse al enemigo, como dice el refrán. Pero el enemigo suele ser tan incoherente, egoísta e inmaduro...

Sólo con el despertar de la consciencia, la contemplación espiritual, la vida del Corazón, vivir en Camino hacia él, alcanzamos la madurez. Acometeremos entonces la verdadera solución o prevendremos el problema al ver más allá de nuestras narices y conoceremos verdaderamente la Realidad. Sólo así se vive la Fe, la Esperanza y el Amor.
 

miércoles, 1 de octubre de 2014

La soberbia y el orgullo

mi realidad, lori meyers
 
Dice el refrán: "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces".
 
 
Al dejar la mente libre, al aquietarla, al distanciarnos de los pensamientos, de los sentimientos, de las sensaciones, del estado de ánimo, de las preocupaciones, de las ilusiones, de las alegrías, de los problemas, de los momentos de felicidad, de euforia, de la enfermedad y de la salud, del malestar y dolor corporal, la vida o poca vida de nuestro espíritu,... en definitiva, al separar la mente del yo falso para contemplar nuestra realidad de frente, con franqueza, con valentía a veces, sin vergüenzas otras veces, sin herirnos en el orgullo, siendo esto el comienzo de la humildad, en la cada vez mayor plena consciencia de nosotros mismos a todos los niveles ante la Naturaleza y ante Dios, al distanciar el yo consciente del yo falso, como decía, los pensamientos que nos resultan molestos o que pensamos deben pasar, seguramente pueden estar enmascarando dolor.
 
La misma molestia de un pensamiento ya es un dolor en sí mismo: un dolor de nuestro orgullo o por soberbia. Y por el contrario, también esos pensamientos de los que nos podemos regodear ocultan carencias que hablan con dolor: vanidad, dominio o incluso abuso que pueden indicar problemas en la infancia no resueltos, propiedades y consumos, estatus, momentos alegres y de diversión que pueden indicar mucha soledad no buscada, ansia de placer que pueden indicar las insatisfacciones no asumidas y, por tanto, no sanadas correctamente,...
 
Son pensamientos que no debemos reprimir sino ir detrás de lo aparente a ver con qué nos encontramos.
 
 
La soberbia es convertirse en norma moral. Así estamos cegados para reconocer lo bueno de lo malo. Por la soberbia somo capaces de, por ejemplo, abusar emocional y físicamente de nuestra pareja sin remordimientos de conciencia. Se está cegado para ver el sufrimiento del otro si lo causa uno mismo. Para el soberbio, todos los demás actúan mal y debe forzar a los demás a actuar según él. Él tiene que ser el amo y señor de todo y de todos. La persona soberbia despojada de su soberbia es un don nadie, un niño enfermo e indefenso.
 
El orgullo es algo muy sensible. Se siente herido o extasiado por todas las actuaciones de los demás con uno mismo y por todos pensamientos y recuerdos según le sean negativos o positivos pasando por el tamiz de la soberbia. La persona orgullosa enmascara su egoísmo frustrado. Siendo el egoísmo el solo pensar en uno mismo y actuar solo por uno mismo sin tener en cuenta a los demás. Solo amarse a sí mismo (siendo falso este tipo de amor).
 
La conjunción soberbia-orgullo configuran la moral del falso yo. Es lo más pegajoso del falso yo. Siempre estaremos discerniendo la soberbia y el orgullo para llegar a la verdadera causa del dolor para poder sanar.
 
La Vida del Espíritu es la verdadera norma moral: ama y haz lo que quieras. La libertad del Amor. Asuntos ya tratados.
 

domingo, 28 de septiembre de 2014

Otro blog

aleluya, 'exultate, jubilate' de mozart
 
Inauguro otro blog. En realidad es casi tan viejo como este, pero hoy he escrito su primer post. Este es el enlace.
 

martes, 16 de septiembre de 2014

Amar al enemigo

 

Este punto es como una piedra de toque. En su día, a mucha gente le resultó repugnante y se fue cuando Jesús dijo que había que comer su Cuerpo y beber su Sangre. Supongo que los Apóstoles se encogieron de hombros y le dieron un voto de confianza. Pedro le dijo que solo Él tiene palabras de vida eterna y esperaría a ver en qué queda todo eso.

No sé cómo la gente reaccionaría cuando Jesús dijo eso de que hay que amar a los enemigos. Pero hoy en día es algo de que nos deberíamos confesar muy a menudo, si no hemos tirado la toalla o hayamos mandado la Fe a tomar viento.

"Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen.
Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica.
A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames.
Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente." (Lc 6, 27-31)

Ahora, leyendo esta cita, me llama más la atención eso de no reclamar a nadie que tome de lo mío. Lo de amar al enemigo, al fin y al cabo, no tengo enemigos solemnemente declarados, no tengo ninguna pendencia declarada con nadie.

El contemplativo sabe que luchar contra el mal es mal. Así que como mínimo, ante un enemigo, se queda encogido de hombros como diciendo "no sé cómo abordar esto pero no me nace enzarzarme con ese; le dejaré hacer a ver".

El falso yo se desea y se relaciona con cosas; y si hay que pasar por encima de alguien se pasa. El Corazón o verdadero yo se relaciona con Corazones. Esto lo sabemos, así que quien haya abandonado al falso yo y viva la vida del Espíritu será capaz de ver el corazón de su posible enemigo.


El contemplativo está desasido de todo y en ese sentido está despreocupado de todo. Por una parte, qué le puede hacer un enemigo? Y por otra, verá al Corazón de su enemigo sufriendo y oscurecido por su falso yo. No podrá más que, al menos, sentir lástima y compasión por su supuesto enemigo. El contemplativo, tal como se conoce y se ama, conoce y ama a los demás. Es el falso yo el que necesita poseer cosas y puede verse amenazado por todo, por quien le haga sombra, por quien le impida ser el centro y el rey del mambo.

Quien haya meditado sobre el mal, sobre el bien y sobre la no batalla del bien contra el mal está a un paso de amar al enemigo. Quien tiene la serenidad y la templanza de la vida nueva, la del Espíritu, podrá ponderar con claridad, lucidez y naturalidad estas cosas ante cualquier situación.

Pero a todo esto, quién puede ser enemigo nuestro? Nadie puede atentar contra nuestra unión con Cristo en el Espíritu. Quien tiene esa experiencia lo sabe y no porque lo diga Pablo a los romanos. Nadie puede atentar contra el ser salvo Dios y éste no lo va a hacer, ni puede. Dios solo puede amar y solo nos va a restaurar y dar Vida cuando nos dispongamos.
"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: 'Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.'
Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro." (Rm 8, 35-39)

Enemigo es nuestro falso yo y el falso yo de los demás. Cuanto más estemos entrenados en abandonar al propio falso yo y tomar el camino del Corazón, tanto mejor nos resultará abandonar al falso yo de los demás y relacionarnos con sus Corazones, amarles como nos amamos, bien sean amigos o enemigos.

El falso yo, además de hacer daño al propio Corazón, puede hacer daño a los demás Corazones. Y puede haber una persona que nos esté dañando. Hay personas que estando con ellas contagian paz porque son pacíficas. Hay personas que contagian nerviosismo, tensión, el sufrimiento de su Corazón, la rigidez de su falso yo, la dureza de su Corazón.

Hay personas tóxicas que para ser el "eje cósmico" para que todo gire entorno a ellos tiene que someter a los demás y más si tienen una posición de autoridad, volviendo dictadorzuelos y tiranos. No por odio directo sino a través de la actividad de su falso yo y lo inconscientes que son.

También hay personas que odian. El odio puede ser un paso más allá de la envidia. Puede ser porque se sienten amenazados, ven peligrar su carrera, su ascenso, sus mecanismos de defensa y no quieren verse tal como son,... Odian por miedo y su odio puede dañar también nuestro Corazón-Relación.


En la medida de nuestra Fortaleza de espíritu, Don del Espíritu, no síquica ni física, podemos ver zozobrar nuestra barca. Y veremos a Cristo dormir en ella. Nunca pasa nada con Cristo. Y si lo despertamos, nos dirá comprensivamente "hombre de poca Fe".
"De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido.
Acercándose ellos le despertaron diciendo: "¡Señor, sálvanos, que perecemos!"
Díceles: "¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?" Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza." (Mt 8, 24-26)
Este pasaje siempre me hace sonreír. Las olas cayendo sobre la barca y Jesús durmiendo. Eso es tener sueño, la conciencia tranquila y no ser temeroso sino señor.

En cualquier caso, sea cual sea nuestro enemigo (y al igual que con los amigos), seguiremos siendo contemplativos (no se deja de serlo), seguiremos siendo Cristo, seguiremos escuchando el dolor, seguiremos amándonos y seguiremos dejándonos amar siendo ofrenda, seguiremos amando a los Corazones de los demás sean quienes sean,...

Por eso, acepta nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados.

Que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.

Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.
(Dn 3, 39-41)
Palabras que ya sabemos cómo nos iluminan.
 

lunes, 15 de septiembre de 2014

La anamnesis del falso yo

se equivocó la paloma
 
"Todo depende del color del cristal con que se mire". Efectivamente, podemos ver la Realidad a la luz natural o a través de filtros, sesgos o lentes dis-torsionadoras.
 
Nos separamos de la Realidad colocando artificios por medio. O nos separamos sin más cerrando los ojos para recluirse en una especie de onanismo idealista y justificador de las dependencias e idolatrías del falso yo.
 
Vamos a ver tres casos: las tertulias políticas, la gobernanza y la ideología de género. Siempre desde la experiencia en España.
 
En televisión ya tenemos muy establecidos y calados a los tertulianos políticos superstar. Como se tienen que regir por el manual del entretenimiento, los debates se parecen a los programas del mundo rosa. Son previsibles, llenan horas de espacio televisivo y nosotros consumiéndolo.
 
Sobretodo estoy pensando en un grupito de ellos que hacen como de "lobby". Aparentemente cada cual hace su análisis pero siempre salvando el culo de sus "amos", y son inaguantables cuando se les salta el fusible y empiezan con sus malas artes. Objetivo: derribar al enemigo. Otros van más por libre y no tienen malas artes aunque algunos se ponen de lado de otros "amos", otros de parte del sistema como nadando y guardando la ropa. Si al menos la verdad contara para algo pero parece que todavía no la conocen.
 
Son distorsionadores de la realidad: la servilidad partidista, posicionamiento ancestral y visceral del izquierda-derecha, negación de la corrupción sistémica por miedo a una "toma de la bastilla", adocenando al pueblo. En definitiva, un debate entre corrientes ideológicas o entre corriente de pensamiento es algo demasiado intelectual para ellos y, no digamos, para la audiencia tal como ellos la consideran.
 
Su verdad no es la realidad real ni la distorsinada. No tienen verdad, solo la función de sesgar, distorsionar y distraer. Es lo que llamamos manipular o "pan y circo". Y luego, el gobernante nos dice "buenos chicos".
 
Qué ocurre con los gobernantes? Ocurren dos cosas. Saben que cada vez son más prescindibles por dos motivos (no hablo de los funcionarios sino de los políticos y los mamones de su corte): los estados tienen cada vez menos soberanía y la misma política tiene cada vez menos poder y prestigio precisamente por su servilidad para con sus "jefes".
 
 
Lo segundo es que gobiernan con dos ideologías. Una es la que llamo ideología de las instituciones. Se gobierna para las instituciones económicas, políticas y sociales. Parece que simplifica las cosas pero no garantiza la justicia, la igualdad ni el bien estar social. La otra es la predominante ideología neoliberal que es un eufemismo de la llamada "ley de la selva". Loa principales agentes son los que "crean" riqueza (empresas que son instituciones, personas jurídicas) suponiendo que dan trabajo a todos. En realidad, la economía liberal y la sociedad de consumo, en vez de crear riqueza, genera concentración de riqueza: desigualdades y exclusiones.
 
Por no hablar de las redes clientelares y del caciquismo que refuerzan la permanencia de esa gobernanza.
 
En España, tenemos al mejor exponente de este paradigma. Quien gobierna cede la soberanía del Estado y aplica políticas marcadas desde el Exterior. Lo primero es el sistema financiero para que la economía funcione. Dicen que es como el aceite de los motores, el sistema lubricante. Pero ahora también es el nuevo brazo militar para la conquista de otros países (neoimperialismo) y para someter voluntades. Solo hay que ver a la comunidad china: no dependen de ningún sistema financiero y es el colectivo más boyante. Lo primero también son los partidos políticos y sindicatos aunque se hayan desvirtuado y corrompido. De hecho, el presidente del Gobierno y presidente de su partido es más directivo de una empresa de humo como es su partido que presidente del Gobierno. Para esto último solo hay que hacer lo que le diga la Troika y los altos funcionarios.
 
Estamos en un sistema que en las altas esferas funciona el socialismo y para la plebe, el liberalismo y... "sálvase quien pueda". Las creaciones sociales y políticas del hombre están sometiendo al mismo hombre. Es como en las películas de ciencia ficción con los robots, éstos acaban dominando y tenemos que hacerles la guerra.
 
Cuando la política y la economía generan tertulias así, es que nada está fundamentado sobre la verdad y, ni mucho menos, sobre el Amor.
 
En esta travesía del desierto, en la vida nueva, del subconsciente irán saltando recuerdos y situaciones que iremos viendo con nuevos ojos.
 
En el caso hipotético de que estos personajes (cuyo parecido con la realidad es pura coincidencia) pongan a examen su vida, bajo estos condicionantes, se van a ver como grandes luchadores por la civilización, la humanidad y el progreso.
 
Para acabar, voy a contar un cuento cuyo parecido con la realidad también es pura coincidencia si es que es posible que la haya. Dicho esto en modo irónico para quien se lo crea. Procuraré no entrar en detalles, aunque quizás se pierda realismo.
 
Conocí a un chico que se definía gay (valga la expresión). Tenía problemas familiares, problemas económicos y laborales, estaba sin trabajo estable, y tenía problemas sicológicos arrastrados desde la infancia. Por ejemplo, entre otras problemáticas, hubo abusos por parte de un amigo de su hermano en su connivencia.
 
Un buen día se abrió y empezó a contar. Se vino abajo. Me preguntó cosas, me pidió parecer y estuvimos hablando. Ante tanto dolor, llegó un momento en el que sacó su cara de chico mono con su sonrisita encantadora, hablo de su salida del armario y, en particular, en su casa (su hermano respiró como aliviando su conciencia),... Emergió la gueidad.
 
Todo empezó a interpretarse desde esta nueva óptica. Unas cosas que he obviado ya no eran problemáticas, otras se aceptaban despejando a córner, otras se resaltaban para remarcar la identidad,...
 
Me quedé con una pregunta cuya respuesta dejo en suspenso porque no soy quien para responderla: cuál era su verdadera conciencia y cuál su falso yo? Una, la otra, ninguna, un sincretismo de las dos?
 

domingo, 14 de septiembre de 2014

Ser Cristo (2/2): para seguir siendo Cristo

 

Conocer el Amor solo es posible desde la vivencia. Con el post anterior, es la tercera vez que aparece lo de ser ofrenda y aún no es suficiente para expresarlo. Solo se pretende que sea motivador. En cierta manera conocemos el Amor porque somos Amor, pero siempre un paso más allá es algo que "ni ojo vio ni oído oyó". El Camino no está definido ni marcado. El Espíritu de Cristo nos irá proveyendo de Sabiduría.

Ser Cristo es vivir la Vida del Espíritu. Más allá de ir con sandalias, dejarse el pelo largo o dar latigazos a los vendedores de merchandising en Lourdes. Escuchemos otra vez a Pablo:
Hermanos: Yo, Pablo, para la ley estoy muerto, porque la ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero si la justificación fuera efecto de la ley, la muerte de Cristo sería inútil" (Ga 2, 19ss).
Pablo tampoco es platónico. Tampoco puede ser seguidor o imitador de Cristo. Eso, lo resaltado, es ser Cristo. La justificación es dada por la Misericordia de Dios (con sus Manos que es la Naturaleza) dejándose querer, siendo ofrenda.

Un himno litúrgico dice:
Y así dijo el Señor: «¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!»
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

Todo lo expuesto en la primera parte para empezar la vida contemplativa es todo un ritual, un rito cristiano (independiente de la denominación a la que uno se incorpore). Es lo que da nombre a este blog. También es un rito humano incluyendo a nihilistas, judíos, budistas,... Pero como conozco mejor el lenguaje cristiano, me parece que voy mejor con la Fe cristiana. Seguro que es trasladable a otros lenguajes. Los lenguajes de la espiritualidad budista o taoísta son bien entendibles por un cristiano a poco que conozca bien su espiritualidad (no la doctrina, no un texto de Pablo o de Mateo).

Este ritual es la celebración Pascual. La Pascua es la escenificación histórica y simbólica de nuestra vida interior: el paso de la esclavitud a la libertad y el camino a la tierra prometida. En la noche de Pascua, los judíos cenan, se ciñen la cintura y se preparan para partir a lo que les espera: la vida con Dios.


Cristo celebró dos noches antes su última Pascua con sus discípulos (en su vida terrena). La celebró en la noche del jueves anterior porque esa era la noche en que partía. En esa noche empezaba su particular Éxodo, la función sagrada del cumplimiento de la Promesa y el sello de la nueva Alianza de Dios con los hombres: juicio, tortura, condena, llegada al cadalso, ejecución... y Resurrección. Como oveja muda y mansa ante los trasquiladores (Is 53, 7). No lo prendieron, se entregó libremente.

Cristo recibió la condena de nuestro falso yo para que abandonemos a tal yo. Sufrió en sus carnes el daño de nuestros Corazones, el que heredamos, el que nos infringimos y el que nos causamos unos a otros, para que tengamos consciencia. Murió pagando el precio de nuestro rescate, dando su Cuerpo y su Sangre, para nuestra alimentación espiritual. Resucitó como rúbrica de su Palabra, para que tengamos Fe y saber que es válida.

La Cruz es el árbol de la Vida que está en medio de nuestro Paraíso interior. Comer su fruto (como nos dijo en la Última Cena), recibirlo y entablar relación en nuestro interior, da Vida y alimenta la Vida.
"Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío."
De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros"." (Lc 22, 19-20)

Como el sacrificio que celebró Abraham con su hijo, Cristo fue el Ara, la Ofrenda (el Cordero de Dios) y Sacerdote oficiando el ritual del sacri-ficio. Sacro-hacer, hacer sagrada la ofrenda: muriendo a este mundo, a nuestros falsos yo, y naciendo al Espíritu, a la Vida, la resurrección de nuestro espíritu. Nos hacemos hermanos de Cristo, hijos del Padre y esposados con el Espíritu de Cristo.

Somos Cristo. Solo que en Jesucristo, la unión entre el Espíritu de Cristo como Dios y el espíritu de Jesús como Hombre es hipostática. En nuestro caso, esa unión hay que promoverla, mantenerla, alimentarla, recuperarla, fortalecerla, consolidarla. Para eso celebramos el bautismo (la salida de Egipto), la reconciliación cada vez que tengamos que liberarnos de culpa y la nueva cena pascual o banquete celestial, para alimentarnos de su Cuerpo, su Sangre y su Palabra.

La culpa no es más que un distanciamiento nuestro del Espíritu de Cristo, como dar unos pasos atrás. Nuestro espíritu está como inútil e incapaz: muerto o tullido. Hay que invocar a la Vida, volver a ser ofrenda. Al ser perdonados, volvemos a recibir el Espíritu.

En el Espíritu, es magnífico leer las Sagradas Escrituras y textos de espiritualidad, especialmente mística. Por ejemplo, del himno de los redimidos que toma versículos del Apocalipsis:
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Se distingue el sacerdocio real del ministerial. Todos somos sacerdotes, nos hacemos ofrenda para recibir el Espíritu y empezar el Camino. Los ordenados sacerdotes, los ministros, son los que presiden, ofician o son testigos en las celebraciones eclesiales, en el culto, ante la comunidad.

Con el sencillo acto de orar "Jesús, hijo de Dios, ten piedad de mí" estamos celebrando el misterio de la Vida.

Cristo, sacerdote, profeta y rey, nos hace sacerdotes, profetas y reyes. Somos un pueblo de reyes, donde se da la máxima igualdad, la mejor fraternidad y la mayor libertad. Una anarquía co⸮⸮nuda.
 

Ser Cristo (1/2): para empezar a ser Cristo

 

Los cristianos somos seguidores de Cristo? O somos imitadores suyo? Mi respuesta sería que nada de las dos cosas. Quien quiera ser seguidor que lo siga y quien quiera ser imitador que lo imite. Pero hay gente que ni puede ser seguidor y ni imitador y no es por falta de intentos. Afortunadamente hay gente que no es platónica.

Ser contemplativo no es algo accidental y estar recordándonoslo de vez en cuando. Ser contemplativo es algo constitutivo del contemplativo, valga la redundancia. Clama sin cesar. No es cosa de conectar y desconectar. No es cosa de ser platónico o aristotélico, hegeliano o derridasiano. Tampoco es algo que sea cansino.

Todo lo contrario: ser contemplativo es un descanso. Un contemplativo siempre verá a los demás más azarosos, ansiosos, enervados, alterados, belicosos,... más que él mismo.
"Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; 'y hallaréis descanso para vuestras almas.'
Porque mi yugo es suave y mi carga ligera." (Mt 11, 28-30)
Tomar el yugo de Jesús es un descanso porque es suave. Y además su carga es ligera.

La vida en el falso, y más quien pretende ser cristiano, hace de la vida una carga pesada y puede que muy dura. La carga nos puede superar, por eso he destacado "sobrecargados" de las palabras de Jesús. Como dice el chiste: bebo para ahogar las penas, pero las penas saben nadar.

Y si la inconsciencia pesara... Y la verdad es que pesa. Sin consciencia somos como esa mosca que busca la luz pero se topa con el cristal de la ventana, refunfuña y refunfuña. A la larga, la inconsciencia es algo estéril y agotador (doblemente agotador).

Recurrir a Cristo porque pensamos en nuestro ideal bello y sublime, porque nos autoconsolamos, desconectamos un rato, y "contemplamos" qué bonito sería si viniera el Reino de Dios y qué armoniosa es la Sagrada Familia y cuánto se servían entre ellos teniendo a Dios en los brazos acunándolo,... es, cuanto menos, repelente. Cristo revela el hombre al hombre. Al ir a Cristo se expande la consciencia y, además, tener su cercanía (no una imaginación), ser consolado, ser su discípulo (ser enseñado) y, en su momento, ser sanado.

Para ser contemplativos hay un inicio: empezar a ser consciente de la actividad del falso yo, desapegándonos de él y observarlo/contemplarlo; y escuchar el dolor que es la voz del corazón dañado y de la ausencia del espíritu de Vida. El dolor no es solo algo físico. También es algo somático, síquico, espiritual y relacional (y con las relaciones, el dolor de los demás). Al decir Corazón se trasciende estos cuatro niveles llegando a la unidad del ser individual con sus relaciones con los demás y con la Realidad. La actividad del Corazón es nuestra esencia. Somos Amor a como análogamente Dios es Amor, o viceversa. Es nuestra Naturaleza.

Hay que recordar que las relaciones no es algo conceptual. Es constituyente de nuestra alma, de nuestro principio vital. Es una extensión del nuestro Corazón, es tan Corazón como el centro del Corazón y son bidireccionales. Y las relaciones pueden estar dañadas o pendientes de desarrollo. Puede fallar por nuestra parte o por parte del otro. Por la relación también oímos el dolor del otro.

El contemplativo ni está encerrado en sí mismo, ni se tiene que proponer ir al mundo y predicar el Evangelio, valga la expresión. El contemplativo puede llegar a oír todos los dolores, está abierto a toda la Creación que gime con dolores de parto hasta que se manifiesten los hijos de Dios.
Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios.
La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.
Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. (Rm 8, 19-23)
Que grande fue Pablo!

Y por el contemplativo, al igual que su Corazón y su espíritu sana, también se sana el de los demás.

De estas dos actividades del inicio se diría que es necesario hacerlas en soledad cesando momentáneamente la actividad diaria.

Después hay que ponerse en camino por esa travesía del desierto. Para ello la actividad fundamental es ponerse a disposición, ofrecerse, facilitar la actuación de la Naturaleza y de Dios en nosotros. Ponerse en sus manos, su Providencia, su Voluntad. Se tiene que partir de esa decisión y acto voluntario libre.

Qué supone ponerse en sus manos y ser ofrenda? Es un acto de confianza, de Fe (aunque no sea de Fe que la Naturaleza tenga capacidad de regenerarse, porque la observación científica lo certifica). Es un acto de confianza y así se lo debemos decir: "confío en Ti". Qué es la oración si no? Es un acto de Amor y así se lo debemos decir. Si no amáramos a la Naturaleza y a Dios no estaríamos dispuestos a recorrer el Camino. Si no se corresponde a su Amor, no nos dejamos querer. Es un acto de Esperanza y así se lo decimos. Es una ilusión de deseos y así se lo decimos. Es una alegría el que sea esto el principio del fin; es una alegría estar en el "Verdadero Camino de la Vida".

Sobretodo, ofrecerse es dejarse querer: ser amado precisamente por la Naturaleza y por Dios. Somos amados porque somos sus criaturas, sus hijos y vamos a ser rescatados, salvados, sanados y restaurados. Y con nosotros los demás, también en la medida de su sencillez. Y así lo debemos saber, sentir y pedir.


Por ser amados debemos pedir más Fe, más garantías, más Esperanza, más capacidad de Amar y saber mejor Amar. Reclamar o apelar a su Misericordia para nuestra justificación, para que se nos haga Justicia. Esto, en lenguaje bíblico, es como que se restaure el Corazón de sus daños, la santificación. Llegar a ser justos es como alcanzar nuestro objetivo, llegar a ser el mismo Cristo, aunque al ponerse en Camino ya es como "haber llegado a la meta", ya es estar con él, en Él y por Él. Ya es estar siendo como Él fue en este mundo y como es.

Dios nos amó primero: sabemos que podemos confiar y devolver Amor por Amor. Al ser amados y en la medida de nuestra respuesta, recibimos su Vida, su Espíritu. El Espíritu Santo nos va a vivificar y animar los pasos, nos va a consolar y a defender. Estar vivo es condición sine qua non para que todo salga adelante. Así pues, tener nuestro espíritu vivo es condición para caminar y para experimentar vivencialmente el transcurso del Camino. Lo que nos va a dar sabiduría, cada vez más fortaleza (más seguridad ante las tretas del falso yo y de los otros falsos yo) y el resto de sus dones. Que como dones también hay que desear y pedir.

"Jesús le respondió: "En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios."
Dícele Nicodemo: "¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?"
Respondió Jesús: "En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu." (Jn 3, 3-6)
Nuestra relación con Dios es paterno-filial. Ante Él somos niños como decía Jesucristo, desnudos, naciendo y nacidos de Espíritu. Y heredando ya la Herencia: su Vida, su Espíritu. Habiéndola rechazado o dilapidado (en la vida del falso yo), ahora nos vuelve a tomar como hijos de pleno derecho. Y lo hará siempre que haga falta. Su fidelidad dura por siempre.

Ser querido por Dios y ser niño, honesto, noble y sin doblez, ante Dios es ser manso y humilde de corazón.

Dejándose querer, ser ofrenda: ahí empieza la aventura. Ser ofrenda es como un bautismo.
 

sábado, 13 de septiembre de 2014

Inversiones de la Realidad y la función profética

Women's studies
 
Vimos como el pecado original supuso una fractura de la Razón, surgiendo la razón del falso yo. Con la fractura del yo, surgió el falso yo y con él su razón. Con la fractura de la Ley, surgió otra ley. Y que el mal solo es atentar contra la Creación incluida la propia en cuanto que somos también seres creados.
 
El falso yo, con su razón y lógica, cuajó y se instaló en nosotros al comer el fruto de la ciencia del bien y del mal, al atentar contra la Creación ante el atractivo de una supuesta sabiduría divina. Seguramente atentando contra la propia Naturaleza, mutilando el Corazón, nuestra relación con la Realidad, para comer de ese árbol.
 
A partir de ahí, el falso yo se alimenta pretendiendo alcanzar una entidad y una felicidad que nunca puede tener, a costa de esclavizar a la Realidad para su provecho. A partir de ahí, soberbia que paradógicamente lo esclaviza a sus falsas soluciones y lo hace dependiente de: idolatrías, los bienes materiales, el placer, el dinero, la educación cortesana y versallesca, el lujo, la exquisitez, el cuerpo, la estética por la estética, la gnosis en vez de la verdadera contemplación, esquilmar los recursos naturales, la muerte de los demás (eugenesia, exterminio, limpieza étnica o ideológica, eutanasia, aborto, degradación, discriminación, abuso, mercadeo y trata), el poder sobre los demás con la ciencia, el saber y la información,... Dependiente de todo lo que oculte y enmascare su dolor por su realidad inconsistente.
 
No hay lucha del bien contra el mal. De hecho, luchar contra el mal es mal. En cuanto nos separamos y dejamos de hacerle caso, se esfuma. Aunque reclame atención, puesto que nuestro Corazón está dañado: ante cada paso de nuestra sanación, nos ofrecerá sus falsas soluciones que son nuestras esclavitudes. Si no seguimos el Camino, nos autocompadecemos y, si queremos una salida, se nos presenta como única alternativa el invertir la Realidad sin tener presente las consecuencias.
 
 
Invertir la Realidad es, por ejemplo,
  • que el sábado sea señor del hombre en vez de que el hombre sea señor del sábado,
  • que la lógica del capital someta al hombre en vez de que el hombre ponga al capital a su servicio; es decir, cuando el propio falso se sirve del capital, en verdad está siendo servil a un tirano,
  • que la verdad que se le presenta al falso yo condicione al amor en vez de que el amor (tal como nos amamos, sin doble rasero, ni doble verdad) sea el generador de toda verdad,
  • poner en valor al mal porque parece que provoca la actuación del bien en vez de poner en valor el bien ya que tiene vida propia no condicionada al mal (poner en valor a Caín y a Judas Iscariote, presentándolos como seres genuinos y con personalidad propia; o inventarse un personaje, Lilith, como paradigma de independencia),
  • situar a Dios fuera de uno mismo en vez de reconocerlo dentro; y así,
  • todo lo que sea enajenante como el fenómeno ovni, los fenómenos paranormales, la superchería, la magia y la supertición, jugar al despiste sentando al anticristo en la Sede de Pedro, el sensacionalismo con eso de los Iluminati,
  • conformar una inteligencia cósmica foránea que supuestamente se hizo presente en las culturas más antiguas para no tomar como verdad que la naturaleza humana es común a todos los hombres de todas las épocas y lugares.
Por no decir el discurso y la simbología satánica que por ser lo más patente es lo menos "peligrioso".
 
Inversión de la Realidad es también la lógica de los supraconceptos y la ideología institucional. Por ejemplo, las instituciones son impecables y, por tanto, irresponsables (incluida la Casa Real española), cuando las personas las utilizan para sus prácticas fraudulentas, ilegales, corruptas e inmorales. Paradigma de la ideología institucional es el discurso de María Dolores Cospedal con el PP.
 
Y, no solo Cospedal, por lo visto, todos con todas las instituciones del Estado español. Para Cospedal, la contabilidad B del PP (la de Bárcenas) no es del PP. Lógico, verdad? Y Mariano dice que nadie "prodrá podrá probar" nada. Y que los ingresos ilícitos son extorsiones de manzanas podridas. Cuando todo se hace bajo el amparo institucional, por y para la misma institución.
 
 
Otro ejemplo sería, hacer política pensando en instituciones como bancos, mercados financieros, grandes corporaciones, y por el interés de los partidos políticos en vez de poner la política al servicio de los ciudadanos. Y en otro terreno, la gregariedad adolescente en tribus urbanas institucionalizadas en busca de una identidad personal. Las instituciones eclesiales no se libran de la ideología institucional ni la Religión de su ideologización invisible. Es más, los partidos políticos las hacen su modelo.
 
Por los supraconceptos se puede llegar a matar. Como son, además del Capital, el Proletariado, la Razón, la Religión, el ideal y la utopía (como sueña ahora el nacionalismo independentista), el poder y su estabilidad, el mismo ego, una marca, una raza como la aria,... Es toda conteptualización que se coloque por encima del hombre y a la que el hombre se deba.
 
Sorprendentemente, en España al menos, muchas de estas inversiones de la Realidad se politizan y se catalogan como de derechas (pp-psoe), como neoliberal, y denunciarlas supone ser encasillado en la izquierda más radical y antisistema. Puede parecer muy anárquico pero todo esto no está negando la existencia de instituciones.
 
Hace un tiempo, consideraba a la Ciencia como el anticristo puesto que sometía a las personas en virtud de su saber limitado, sobre todo viendo los frenopáticos antiguos y la experimentación supuestamente científica en los campos de concentración nazis.
 
También pensé que la Economía era el anticristo puesto que se basa en una mentira: el mercado perfecto nunca se da y la necesidad de consumo no es constitutiva sino fruto de una estructuración social no solidaria.
 
Luego pensé que el anticristo era la Política siempre imperfecta puesto que no regula los mercados y gobierna en pro de las corporaciones y de las instituciones que remarcan la insolidaridad social. Aunque se diga que crean riqueza, dan puestos de trabajo y, algunas de ellas, sean "caritativas".
 
En todas las inversiones de la Realidad se puede ver la huella del padre de la mentira.
 
El contemplativo lo ve con facilidad aunque, como ya se dijo, nada de lo contemplado es un conocimiento definitivo. Pero eso es ir desarrollando la función profética: tanto la contemplación de las inversiones de la Realidad como la sabiduría del Camino del Amor que también es la Razón del Corazón. Razón que es la originaria, genuina, auténtica y verdadera.
 
 

viernes, 12 de septiembre de 2014

Sta. María, los ángeles y los santos

 

Ya debemos comprender eso de que Dios es más íntimo a nosotros que nosotros mismos (s. Agustín). Al abandonarse en sus manos haciéndonos ofrenda, al vivir esa Vida y al ir experimentando esa regeneración, contemplaremos esa verdad. Dios es nuestro centro interior. De ese centro brota la Gracia, el agua viva, el manantial que busca la cierva (Sal 42, 2). Dios mismo es Don para nosotros y quien nos da el Espíritu, la Vida y la Guía.

Todos los recursos que necesitemos, los tenemos dentro: ese es el Buen Pastor.
"Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: "El Reino de Dios viene sin dejarse sentir.
Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros."
Dijo a sus discípulos: "Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Y os dirán: "Vedlo aquí, vedlo allá." No vayáis, ni corráis detrás". (Lc 17, 20-23)
Podemos estar en medio de una noche cerrada, sin dirección, perdidos, en una terrible tormenta,... y nuestro falso se erigirá como alguien resolutivo buscando una solución inmediata aquí y allá: un cambio de lugar como huida, un refugio en el placer (alcohol y drogas, fiesta y evasión, sexo, comida,...), ir compulsivamente de compras, etc. o estallar violentamente. Podemos buscar solución en la primera secta que se cruce con nosotros, hacernos seguidor de un líder o de alguien que se nos antoja modelo a imitar (aunque digan que ese modelo se llama Cristo). Seríamos ovejas sin pastor perdidas e indefensas: carne de cañón. Todo eso que propone el falso yo como solución rápida y eficaz son los ídolos y dioses muertos.

Sólo Dios basta (sta. Teresa de Jesús).

El post anterior terminó hablando de oración ya que Dios Padre (creador), Cristo (Modelo), el Espíritu (vivificador y defensor), la Vida, el Camino, la Naturaleza, el Corazón, todas esas realidades interiores se nos hacen Presencia y con cada una de ellas entablamos relación.

La Fe nos hace conocer que la Realidad es personal. Es decir, que detrás de las realidades más sensibles como son la Naturaleza, la Vida, el ecosistema, el planeta, el Cosmos, el Corazón,... hay personas, en este caso, divinas.

Junto con Dios, también nos acompañan otras personas. Ya no son íntimas y constitutivas de nuestro ser, aunque con ellas nos relacionemos desde nuestra intimidad.

Una persona muy especial es sta. María, Madre de Dios (para quien tenga la Fe de que Jesús es Dios y Hombre). Sta. María es la llena de Gracia (desde siempre lo fue) y se turbó al oír que se lo decían. Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo. Nadie mejor que ella. La llamamos bienaventurada todas las generaciones.

María nos enseña a ser hijos de Dios, a ser infantes y desnudos espiritualmente, nos enseña a ser hermanos de su Hijo y nos enseña a "desposarnos" con el Espíritu. María personifica el rostro femenino de Dios: Dios es Padre y Madre.

Nadie como sta. María para facilitarnos la Presencia de Dios, de Cristo, de la Vida,... En momentos de retroceso, de caída, de pérdida, de confusión, de tormenta, de cualquier dificultad interior, nadie como María nos acompaña con su cercana y dulce presencia para que volvamos a encontrar el Camino, con Espíritu y Vida.

La asistencia y el amor de nuestra Madre es cuasiesencial.

De los ángeles destacar los Arcángeles y los ángeles de la guarda. Junto con los demás, cada ángel tiene su virtud, su energía y su misión.

De los santos no voy a destacar ninguno, salvo a s. José. Hizo de padre del Mesías. Jesús era el hijo del carpintero.
Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: "¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?"
Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: "Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio."
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe". (Mt 13, 54-58)
Jesús creció con total normalidad en su pueblo. José lo crió y educó como hombre de la época. Le enseñó una profesión. Cuando dudó, hizo votos de fidelidad. Cuando corría peligro su hijo, emigró con su familia a Egipto a empezar de cero. Y cuando se pudo, volvieron a Nazaret. Fue cabeza de familia y digno padre del mismísimo Ungido de Dios. Nadie como él y su esposa contemplarían y amarían a Jesús. Es un compañero y un ejemplo muy a tener en cuenta en el Camino. Es Patrono de la Iglesia y de cada familia.

Podrían destacarse también a los Apóstoles y a s. Pablo. Santos hay para (casi) todos los gustos. Como de los vivos y de los muertos, de todos podemos aprender. No son utopías ni ideales. Los santos son gente que han recorrido su Camino interior, según los designios inescrutables del Padre. No han sido idílicos en su niñez, ni en su madurez, ni en su muerte. Han ido siendo fieles al Amor, sin detenerse en su Camino sin término (qué son la caídas, los cansancios, las tribulaciones, las dudas, los abandonos,...!).

Santos pueden ser también antepasados y familiares difuntos queridos, de los que sentimos su presencia y sus buenos efectos. Quizás más cercanos, activos y eficientes que los más importantes de entre los canonizados por la Iglesia.

Eso sí, siempre sin perder nuestro centro, nuestra fuente de agua viva; sin perder las Presencias esenciales.


Terminado el post, añado unas palabras de s. Bernardo abad sobre sta. María que nos pueden ayudar e ilustrar. A María se la simboliza como estrella, bien del mar (la Polar), de la mañana o lucero del alba (planeta Venus) o estrella de oriente (cierta conjunción astral). Así como la aurora.
Tú, que piensas estar en el flujo de este mundo entre tormentas y tempestades en lugar de caminar sobre tierra firme, no apartes los ojos del brillo de esta estrella si no quieres naufragar en las tormentas. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si te precipitas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a María. Si eres zarandeado por las olas de la soberbia o de la ambición o del robo o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira o la avaricia o los halagos de la carne acuden a la navecilla de tu mente, mira a María. Si turbado por la enormidad de tus pecados, confundido por la suciedad de tu conciencia, aterrado por el horror del juicio, comienzas a ser tragado por el abismo de la tristeza, por el precipicio de la desesperación, piensa en María.

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No la apartes de tu boca, no la apartes de tu corazón y, para conseguir la ayuda de su oración, no te separes del ejemplo de su vida. Si la sigues, no te extraviarás; si le suplicas, no te desesperarás; si piensas en ella, no te equivocarás; si te coges a ella, no te derrumbarás; si te protege, no tendrás miedo; si te guía, no te cansarás; si te es favorable, alcanzarás la meta, y así experimentarás que con razón se dijo: Y el nombre de la Virgen era María.
 

jueves, 11 de septiembre de 2014

El Don del Espíritu y la Oración

 

Antes de emprender el Camino al verdadero yo, nos vemos como una unidad, amalgama del falso yo y del Corazón sometido. Al distanciarnos del falso yo, vamos discerniendo cada vez mejor al yo falso del Corazón. El yo consciente toma vida y se encamina hacia su verdadero fin, feliz y sanándose atendiendo al dolor y a través de ese terreno desértico que es nuestro subconsciente.

El Corazón (con las relaciones) se libera y empieza a sanar, la consciencia se expande, empezamos a saber eso del amor y nacemos al espíritu. El Corazón deja de estar condicionado y oprimido por esquemas, razonadas sinrazones, ideologías y vanidades que necesita el falso yo para tapar su miseria, su vergüenza, su vacuidad y su fatuidad. Y si la culpa nos paraliza, tendremos que alcanzar el perdón con lo cual hay que perdonar a los demás.

Para esto hay que ser como infante, claro, honesto, sincero y sin doblez (desnudo) para con uno mismo y para con Dios y la Naturaleza (sus manos); seguir la senda del dolor porque es la voz de aquello a sanar; y ser ofrenda que es como ponerse en sus manos, saberse querido, dejarse querer y dejarse sanar.

Abandonando al yo falso y liberándose de culpas, volvemos a la Vida. Empezar y seguir el Camino es signo de Vida. Conociendo la Vida y distinguiendo al falso yo, somos conscientes de la muerte y de lo que supondría dar algún paso atrás. Habiendo experimentado la muerte, el vivir es un Don. Todo se convierte en un Don: la Vida, el Camino, el dolor como lenguaje de la Naturaleza y del Corazón, poder amar, cada pequeña sanación,... el amanecer, la noche, los animales, la montaña, el mar,... la familia, cada amigo y compañero,... la inteligencia, las destrezas, la profesión, los hobbies,...


Esa Vida es por nacer al espíritu, la da el Espíritu vivificador. Al ser uno mismo ofrenda a Dios y a la Naturaleza, siendo nuestro acto de amor total e incondicional a Dios, al ser consciente de ser querido, nos invade el Espíritu vivificador. Si Cristo es nuestro fin (el corazón, el verdadero yo), al tener ya su Espíritu se convierte ya en prenda de Salvación, de unión plena y constante con el verdadero yo con la Naturaleza restaurada. Antes de la unión, la Boda, Cristo ya se nos hace Vida, Camino y Verdad en virtud de su Espíritu.

La oración es diálogo. Puestos en Camino, con el Don de la Vida, se da el diálogo con el Espíritu, con el Camino mismo, con nuestra Naturaleza que tiene esa capacidad de regenerarse, con la Vida, con Cristo, con Dios Padre. Todo se hace Presencia en nuestro interior.

Escuchar y comprender el dolor es escuchar a Dios, al Corazón (donde habita). Y amar, invocar, alabar, dar gracias, pedir misericordia (que es como animar el paso por el Camino), admirar, para renovar nuestro compromiso y nuestra responsabilidad,... Todo es ocasión del diálogo, de oración, en ese acontecimiento de la Presencia del Espíritu, del Padre y del Hijo, del Corazón herido,...

Todo esto que vivimos en esos momentos de soledad contemplativa, lo iremos trasladando al resto de nuestra vida. Nuestra vida se llenará de Vida.

Podemos hacer esta pequeña oración a lo largo de la jornada: "Jesucristo, ten piedad de mí". Es como actualizar en nuestra consciencia el saberse amado y estar dispuesto a ser sanado. Es una lumbre para mejorar nuestro carácter y la relación con los demás, contemplarlos amorosamente como nos contemplamos a nosotros y quererlos como nos queremos.

Experimentar la Misericordia de Dios es llenarse de Vida. Si somos misericordiosos iremos dando vida a los demás. Pero esto sería otro tema.
 

domingo, 7 de septiembre de 2014

La aprobación eclesiástica (2/2): las ideologías

Qué bonito es el mundo piramidal
 
Seguramente está la tentación de que cuando una parte considera que un debate está cerrado lo deje y hasta lo impida. Juan Pablo II y el entonces cardenal Ratzinger intentaron cerrar el debate sobre el sacerdocio femenino. En este blog dediqué varios posts a este tema. Esto no significa que cese el diálogo y la relación entre quienes quieren mantener el sacerdocio en el actual estado y quienes proponen y luchan por la "elevación" al estado sacerdotal de las mujeres.
 
 
Lo que suele ocurrir es que cada parte insiste machaconamente en sus argumentos que considera lógicos e impepinables en vez de comprender, asimilar y ponerse en la piel del oponente dialéctico. Quien lucha activamente tiene unas dificultades para adoptar esta buena actitud y buena práctica en el debate. Y quien defiende la posición y se siente seguro en la posición establecida tiene otras dificultades. Todos deben poner de su parte pues a veces no resulta nada fácil mantener la compostura, la templanza y el talante.
 
Como adelanté en la primera parte, las ideologías son una estructura conceptual rígida que el falso yo instrumentaliza para autoconvencerse, como defensa y justificación, y para luchar por la utopía ideológica: a modo de una extensión del falso yo como pueden ser unas muletas, una coche de carreras o un martillo (éste recuerda la expresión "martillo de herejes"). Y por esto mismo, las ideologías son útiles para el autoritarismo de los gobiernos, y para la fractura y el control social.
 
Qué ideologías imperan ahora? Ni soy experto ni me voy a poner a documentarme. Así que sin pretender ser exhaustivo, estarían la ideología neoliberal en el terreno económico y llevada a ámbito planetario, y la ideología de género.
 
En la Iglesia se empezó a hablar de la cultura de la muerte y, su clásico es el modernismo.
 
Hay más y variados "-ismos" como el socialismo o la socialdemocracia, los conservadores, ser de derechas o de izquierdas, anarquismo, fascismo, ecologismo, nacionalismo, feminismo,... Pero hablando de una, se habla de todas, para lo que trata el post.
 
El modernismo para la Iglesia es como el alzamiento de todas las herejías de toda la Historia. Para "defenderse" está la racionalización de la Fe y el cerrar filas para que no entren corrientes de aire contaminado. Quizás fue necesario que Tomás de Aquino "venciera" en la Universidad de París. Hoy en día es muy distinto y a la gente común las argumentaciones filosóficas le suele resbalar y producir bastante tedio. Ahora, que la Iglesia se ponga al nivel del Modernismo para contraargumentarle como si la lógica perfecta fuera infalible y omnipotente es algo muy ridículo a los ojos del Evangelio, aunque se piense que en la Edad Media sirvió de algo.
 
Llegó el Concilio Vaticano II, se habló de la nueva apertura de la Iglesia y nadie sabe muy bien cómo se come eso. Ya me cagué con todos en el primer post de este blog. Cada cual va a su bola: el indicador es el número de vocaciones. Y las vocaciones suelen aumentar cuando se "cierra" y se vuelve a "purificar" la Iglesia (volver a un atrás supuestamente originario). Así que... así vamos.
 
De la ideología liberal... me haría falta más posts pero los previstos eran 2, así que no me voy a extender. El liberalismo ya se tocó de pasada en un post: ofrece una libertad al falso yo, negando las relaciones mutilando el corazón.
 
Mi libertad termina cuando empieza la de los demás es una frase bonita que es media verdad y además no se cumple. Por ejemplo, un especulador en bienes necesarios lleva su libertad más allá de su límite pues limita la libertad de los consumidores de esos bienes (vivienda, cereales, agua,...), y la economía de mercado tiende a concentrar la riqueza en unos pocos.
 
Pondré unas citas de la Populorum progressio de Pablo VI, que he leído recientemente:
"la renta disponible no es cosa que queda abandonada al libre capricho de los hombres; las especulaciones egoístas deben ser eliminadas"
 
"no se podría admitir que ciudadanos, provistos de rentas abundantes, provenientes de los recursos y de la actividad nacional, las transfiriesen en parte considerable al extranjero, por puro provecho personal"
 
"Este liberalismo sin freno, que conduce a la dictadura, justamente fue denunciado por Pío XI como generador de «el imperialismo internacional del dinero»"
 
"El bien común exige, algunas veces, la expropiación, si por el hecho de su extensión, de su explotación deficiente o nula, de la miseria que de ello resulta a la población"
 
"La sola iniciativa individual y el simple juego de la competencia no serían suficientes para asegurar el éxito del desarrollo. No hay que arriesgarse a aumentar todavía más las riquezas de los ricos y la potencia de los fuertes, confirmando así la miseria de los pobres y añadiéndola a la servidumbre de los oprimidos"
 
"Nos, no insistiremos nunca demasiado en el deber de hospitalidad -deber de solidaridad humana y de caridad cristiana-, que incumbe tanto a las familias, como a las organizaciones culturales de los países que acogen a los extranjeros. Es necesario multiplicar residencias y hogares que acojan sobre todo a los jóvenes"
 
Cuántos católicos bandera (metidos en política), muy católicos ellos, han obviado estas indicaciones? Pues todos. Qué le vamos a hacer?!! Habría que decirles: "por favor, no sean tan católicos". Y no sólo eso, si ocultamos la fuente y la autoría de estas citas, nos parecerían comunistas (sin saberlo, los comunistas de España las suscriben y luchan por ello, sin ir más lejos).
 
Con la ideología de género pasa lo mismo: no hay discriminación especial con ella. El Magisterio de la Iglesia no adopta ninguna ideología y ésta no va a ser la excepción. Esto no quiere decir que sea homófoba o deje de serlo: es otro problema. El tema merece algún post, pero basta con aplicar lo dicho sobre las ideologías. En este terreno queda mucho por recorrer.