a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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martes, 12 de agosto de 2014

Nuestra naturaleza humana dañada

 

En las escrituras sagradas judeocristianas nos relatan la génesis del cosmos, de la naturaleza, del hombre como ser singular, de la vida originaria paradisíaca y de la posterior (y actual) vida no paradisíaca. Algo que los nihilistas pueden leer en clave mitológica como si leyesen la Ilíada atribuida a Homero.

En este blog se han dedicado posts a estos temas. Podéis consultar los tags Génesis, Creación, Pecado original, Naturaleza caída y algún post más mal etiquetado. Así como Redención, Naturaleza o Justicia.

Son temas que desde la Fe cristiana están relacionados en ese binomio mistérico de la bondad de Dios y ese mysterium iniquitatis (de fácil traducción). Y relacionados con la solución al problema por medio de Jesucristo, por su Pasión, Cruz y Muerte.
Algo que, como se ve, aquí es la parte preferida de las diversas enseñanzas de la Iglesia.

En cualquier caso, haciendo de esto una teoría sobre la naturaleza humana, me parece la teoría más realista y completa para explicar nuestra condición de seres defectibles. Una teoría desde la cual más y mejor nos posibilita y favorece la comprensión, la con-cordia con nosotros mismos y con los demás, así como la com-pasión, la caridad y la ayuda mutua; para una mejor y más madura espiritualidad y para la restauración o sanación (que aunque solo llegue a ser parcial en esta vida, peor es una pedrada en un ojo).

¿En qué consiste pues el daño que sufre nuestra naturaleza?

Es formulable de varias maneras. Sin consultar con la "Santa Doctrina" (no lo digo en un sentido peyorativo), se me ocurren dos modos que son similares:
  • la fractura de la Razón
  • la escisión de la Mente respecto del Corazón, respecto de la propia Naturaleza; no a la viceversa
En tanto que seres racionales y relacionales, al decir Razón, ésta abarca a todo nuestro ser.
Al decir Corazón, éste abarca a todo el cuerpo, a toda nuestra expresión de la naturaleza y no solo al pecho.
Por ende, la decir que se fractura la Razón, significa que ésta queda dividida entre la Razón de la mente y entre la Razón del corazón o de la Naturaleza (insisto ahora en la naturaleza pero no soy naturalista).


¿Cuál es la relación entre Mente y Corazón con esta escisión?

En verdad, quien ha tomado la decisión y la iniciativa de escindirse ha sido la Mente. Así pues, la Mente queda en una posición de "superioridad" en tanto que se va alejando del Corazón y de "nulidad" en tanto que el Corazón lo hacemos prevalecer y la sana.

"Superioridad" ya que somete al Corazón en su deambular por un "mundo creado". El Corazón sufre y gime. A lo que la mente, en ese estado, le es totalmente ajeno o indiferente.
Por mucho que la Razón de la Mente quiera acallar a la Razón del Corazón, nunca logra acallarlo por completo. Así siempre tendremos algún recurso de volver al verdadero cauce.

"Nulidad" en el sentido de que al quedar unidos Mente y Corazón, al unificarse la Razón, no se distingue uno de otro, dándose solo el Corazón. La Mente solo se manifiesta en su camino errático.

Esa "nulidad" es lo que Jesucristo y los Apóstoles llaman "morir a sí mismo" y llegar a ser el "hombre nuevo" (hombre, varón y mujer).

Pero... hasta aquí no está resuelto todo el problema ni mucho menos. Nos quedan aún por tratar varios asuntos.
 

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