a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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jueves, 14 de agosto de 2014

El Ser del ser humano │ 2 de 2

 
Redescubrimos el Amor, redescubrimos nuestro Corazón y nuestro cuerpo, y nos queda todo por descubrir. Redescubrimos nuestra animalidad, nuestra racionalidad, nuestra Razón fracturada por la escisión de la Mente quedando fracturado nuestro yo.
Descubrimos como esa Mente somete, esclaviza, oculta y llegaría a encadenar al Corazón en una mazmorra (permitidme esta imagen algo fuerte :) ). Lo hace sufrir y hasta lo hiere. Esto se resume en una palabra: lo tortura. A lo que el Corazón responde con un Amor más encendido. El amor es infinito: lo que haga falta sin escatimar recursos.

Y recordar que todo lo redescubierto, nunca es definitivo. A la Realidad no la agotamos. Siempre nos quedarán nuevos mares y tierras nuevas por Conocer, para saber Amar más y mejor.

La Mente crea un yo falso y el yo verdadero queda oculto pasando a ser el yo interior. Cuando reina el yo interior, el yo falso se esfuma y es el yo verdadero quien se manifiesta.

Ser, Amor, Naturaleza (la naturaleza de los entes que existen y tienen ser propiamente), Corazón, Razón son una misma cosa: se identifican; son todo en todo. Se distinguen por su esencia, pero cada esencia no es parte de un todo. Ontológicamente no se distinguen.

Pero vamos a lo que vamos.

Una característica esencial del ser humano es que es relacional. Un aspecto muy olvidado, puesto de lado y casi anulado por la Razón del falso yo. El individualismo es una nota dominante en nuestra cultura, mentalidad y hasta en la Ciencia experimental.

Las relaciones son parte de nuestra naturaleza, de la Naturaleza del Ser, de nuestro ser. Se dice que es nuestra segunda naturaleza, aunque esa expresión es más propia del falso yo por su Razón nostálgica (ya lo veremos). Decir "ser relacional" (sustantivo y adjetivo) es una redundancia, aunque necesaria para despertar nuestra conciencia.
Las relaciones nos "contaminan", nos complementan, nos realizan. Somos en función de nuestras relaciones. Un ser sin relaciones es un absurdo, solo considerable como entelequia.
Son como la materialización del amor. Y huelga decir, porque lo sabemos todos, que las relaciones establecidas entre corazón y corazón son bidireccionales por su misma naturaleza, no por la calidad del "dar y recibir" o por la calidad de la respuesta.

Cuáles son los objetos de amor? Otros corazones. El yo verdadero, el yo interior, el Corazón, la Razón del Corazón, la Naturaleza, ama otros Corazones. Ama otros seres, otras personas.

El yo falso también tiene sus objetos de amor. Recordemos que es escisión del Amor. La Razón del falso yo, el amor del falso yo, rechaza el dolor. Forma parte de su nostalgia.
Ama teniendo en cuenta su satisfacción. Ansía ser perfecto, fuerte, de aspecto saludable para ser el centro y sentirse superior como intento para llegar a ser amado; bueno en cuanto poder ser adorable, bello en cuanto ser admirable. Ansía ser el verdadero, el auténtico, el genuino yo. Y así se reafirmará tanto más fuerte cuanto más amenazado se vea.
Ansía todo esto puesto que no lo es. Puede llegar al extremo de vender su alma para serlo. Reclama Amor y quiere conseguirlo amando primero las cosas que oculten sus carencias (o así lo piensa, verdad?).

Pero claro, el amor a cosas, la relación con cosas no es bidireccional. Además, es falso amor, es apego. Por eso ansía ser amado (forma parte de su nostalgia).
Está perdido en ese bucle que le impide salir de sí.
Es prisionero de sí mismo.

El falso yo ama a ídolos falsos, a dioses muertos que no hablan ni ven.
El yo verdadero ama al "dios vivo" que habla, ve, siente,...

Ya tenemos más recursos para distinguir ambos yos, ambas Razones, ambas naturalezas: el objeto de su amor: corazones o cosas.

La Filosofía razona según las manifestaciones del yo falso, sin embargo no pocas veces los grandes filósofos, en cuanto genios, dan pistas de ese yo interior y lo reclaman. Es lo que llamo "razón nostálgica". Expulsado del Paraíso por haberse escindido de la Realidad, del Corazón, el yo falso siente nostalgia, tiene algún vago recuerdo de ese estado originario que añora [los nihilistas que lo traduzcan, que saben o saben que es posible]. Por eso siente rechazo al dolor, al sufrimiento y a la muerte.

Ahí tenemos a Schopenhauer, con su separación de Idea y Voluntad. Y su libertad para no estar alegre. Lo primero define muy bien ese estado fracturado en que nos encontramos y lo segundo indica que la verdadera alegría viene del Corazón y sus relaciones (valga la redundancia). En su honestidad, no quiere ser feliz.
Tenemos a Rousseau, con su "el hombre es bueno por naturaleza" y la sociedad lo corrompe (como intuición y nostalgia no está mal). O "el hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado" (el falso yo considera a las verdaderas relaciones limitantes de libertad).
El "pienso, luego existo" de Descartes. Que no es capaz de saber que existe porque ama, porque se comunica, por la actividad de las relaciones con otros corazones. El yo falso encerrado en sí, solo sabe que existe porque piensa.
Los autores de todas esas dialécticas para el advenimiento de la plenitid del conocimiento, del perfecto orden social, para la realización de las utopías,... Etc., etc.

Bueno, vamos avanzando pero nos quedan algunas cosas y el plato fuerte.
 

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