"Llevo veinte meses de Obispo. Como me era fácil prever, mi ministerio iba a proporcionarme muchas tribulaciones. Pero -cosa singular- éstas no me vienen de los búlgaros por quienes trabajo, sino de los órganos centrales de la administración eclesiástica. Es una forma de mortificación y humillación que no me esperaba y que me hace sufrir grandemente".
"Diario del alma", Juan XXIII.
Retiro del 27 de noviembre al 2 de diciembre de 1926 en Roma.
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