a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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miércoles, 20 de agosto de 2014

El placer

 

Hablamos del dolor, hablemos del placer.

El dolor por el dolor es algo insano. Al dolor se le ama por ser el lenguaje del Corazón, de la Naturaleza. Se ama al dolor, se ama la Cruz, no para mantener el dolor o soportarlo más y mejor, sino porque nos indica el Camino de la sanación. Aceptarlo con resignación indica una higiene mental deficitaria y una espiritualidad enferma.

Ni hay que rechazar el dolor, ni hay que rechazar el placer. Hay que evitar lo que cause dolor que es la actividad del falso yo.

Nota: faltó decir del dolor que si sufrimos por padecer dolor agravamos el problema. Sufrir por el dolor es no aceptarlo, rechazarlo. Y para soportarlo lo tenemos que cubrir o compensar con placer.

El placer por el placer también es algo insano pero en sí mismo ni es malo ni es bueno. Se disfruta de las cosas placenteras por ellas mismas y no por el placer. Abusar de las cosas buscando su placer es querer el placer por el placer, propio de un chalado.

No se lo busca, nos lo encontramos y lo disfrutamos.

En atención a la Naturaleza, no es un lenguaje, es como un aliciente. En atención al falso yo, sí puede ser una especie de lenguaje porque confunde placer con felicidad y sí busca el placer por el placer. Cuando nos ocurra eso, hay que sospechar.

El yo verdadero ama Corazones y el yo falso ama cosas que le satisfagan cuanto antes mejor. El desear las cosas por su placer ya sabemos que es cosa del falso yo.

Si no sufrimos por padecer dolor, si aceptamos y comprendemos el dolor y seguimos sus pistas, no necesitaremos ni buscaremos placer que lo mitigue, lo enmascare o nos lo compense. Si defendemos el placer es que tenemos mucho que sanar en el Corazón.
 

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