a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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martes, 13 de enero de 2009

Sobre el conflicto palestino israelí


Hemos tocado duro y no sé si es la roca madre que es el sostén de los cimientos o si hay que seguir profundizando.
Israel tiene el derecho a defenderse, ya que, en el estado actual del orden mundial, justificable o no, Israel es el Estado que sufre el terrorismo de Hamas. Eso nadie se lo va a negar, aunque no de cualquier manera. Pero encuentro peros.

Por una parte, ser "conquistador" en pleno siglo XX me parece que es algo anacrónico y el discurso sobre "quien estaba antes" en un territorio me parece que es falaz y no lleva a nada fecundo.
Si los islámicos conquistaron el terreno que ocupa Israel, o parte de él, como tales son los dueños y señores de esas tierras. Luego vienen los judíos y “conquistan” terreno a Palestina, entonces los nuevos dueños son los israelitas. Ahora si los palestinos quisieran volver a conquistar, ¿qué derecho le haría parar los pies? Ninguno.
Los últimos conquistadores del “mundo moderno” creía que eran Napoleón y Hitler. Y que los estados modernos y su configuración se establecieron a partir de la Revolución Francesa. Desde este punto de vista, objetivo y desde fuera, de alguien que acaba de llegar y se entera a grosso modo de que va esto, los palestinos son terroristas simplemente porque no tienen más medios y van tirando petarditos de vez en cuando.

Por otra parte, Israel es el único en el mundo que ha pretendido poseer con el derecho y el reconocimiento de la autoridad mundana un territorio para el advenimiento del Mesías. Y este es el sentido del Estado de Israel. Algo que solo es comprensible y compartible si se es de Israel. Otra cosa es que hayan perdido el norte de su conciencia de pueblo elegido y el fundamento de su conciencia de pueblo. Cómo consiguen el apoyo internacional y de EE.UU. en particular?
Hay utopías islamistas, que no islámicas, e islámicas. Pero solo Israel pugna por la creación (que ya se dio pero que, si deja de de ser, volvería a la carga) y el mantenimiento de un Estado mesiánico. Así los monjes budistas del Tíbet tienen las mismas razones, e incluso de más fuerza, para independizarse de China.

Israel como Estado tiene el derecho a defenderse. Lo que no sé si el Estado de Israel es defendible en sí mismo.
Mientras tanto, Israel tiene derecho a defenderse, bien ofensiva, bien desmantelando a Hamas. Algo que en cualquier caso siempre se tendrá que acabar haciendo. Pues quien se forja una mentalidad terrorista tiene que forjarse otra.

No obstante, estoy con la Santa Sede que pide a la ONU intervenir ante el conflicto de Gaza, donde el arzobispo Silvano Tomasi afirmó que “es evidente que las partes no son capaces de salir de este círculo vicioso de violencia sin la ayuda de la comunidad internacional”. La violencia debe y tiene que cesar.

En otro orden de cosas, decir que cristianos, musulmanes y judíos podemos convivir. Hay una facción de musulmanes que no puede convivir con nadie. Pero no es menos cierto que el trazado de salón de líneas imaginarias como son las fronteras en la geografía política es causa de conflictos (así como otras barreras artificiales: vallas, demarcaciones, gaseoductos y oleoductos, magnas obras civiles,...). Ahora los cristianos en Oriente Medio se van reduciendo pues están como en un terreno político de nadie, neutral y con deseos apaciguadores.
La solución? No sé. Quizás la conversión del judaísmo al cristianismo, como si de una Iglesia cismática se tratase.

De todos modos me pregunto sobre por qué Israel es quien tiene el apoyo de importantes aliados y el poder militar sobre Palestina. Lo que me parece claro es que el problema que tiene Palestina con Israel no es un problema del Islam y, en cambio, el problema de Israel es un problema del judaísmo.
Si los judíos controlan el poder económico en Manhattan y ello redunda en un mayor poder político de los EE.UU., no sería de extrañar que con el derrumbe del sistema financiero, previo derrumbe de las Torres Gemelas, no puede más que desear Israel el arranque de raíz de Hamas sin dejar el más mínimo resquicio o posibilidad de rebrote. Y es que las ideas (aunque sean ideas encarnadas) no se combaten con las armas.

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