a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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viernes, 9 de enero de 2009

El paraíso, ¡ya!


Comentario a la película "Paradise, now!".
1. Para un terrorista suicida palestino, todo son ventajas: se va al paraíso en un santiamén, se mantiene viva y se alimenta una causa justa, se van saldando deudas, se es coherente con la palabra de Dios, se da la vida por su pueblo en un acto de amor y de sacrificio,…
En la película, como por una ventana, vemos la vida de los dos jóvenes amigos elegidos para inmolarse por su causa y las últimas horas de los miembros de una célula terrorista previas a un atentado en Tel Aviv.
La motivación del atentado: cuando la paciencia se agota esperando justicia.

2. Previamente, a priori, antes de ver la película, pensando sobre lo desconocido, considerando los actos terroristas como deplorables, no nos cabe en la cabeza cómo no caen en la cuenta lo incongruente e insostenible de su ideología y de su política.
Por eso quizás se espere, en el visionado de este film, visceralidad, irracionalidad, violencia, mentes frías y carentes de buenos sentimientos, conflictos internos solucionados al modo de la cosa nostra, gran apoyo social y acuerdo general en esos modos de hacer política,...
Sin embargo, no se encuentra nada de todo esto. ¿Creatividad del guionista, entonces? Todo lo contrario: realismo, conocimiento de causa, inmersión vivencial y cultural en tal sistema político-religioso.

3. Se constata cómo la realidad suele ser más lógica y sensata que los estereotipos o especulaciones sobre lo desconocido y más sensata que la misma lógica racional.
También cómo con la comprensión verdadera y completa, si nos es posible, el problema pasa a dejar de serlo, aunque se le siga llamando “problema”. Pues se empieza a considerar posible alguna solución real y sostenible: para el fin del conflicto.
Aunque también se diga que la realidad supera la ficción, esta expresión se suele interpretar en un mismo sentido. Siempre la realidad supera la idealización, a lo utópico, a cualquier cliché,… a todo reduccionismo, en definitiva.

4. En el caso que nos ocupa, aparecen en escena mentes sistemáticas, las típicamente masculinas, y mentes empáticas, femeninas. De ambas mentes emanan sendas corrientes políticas, sendos modos de concebir las relaciones con el estado de Israel.
Al hablar aquí de masculino y de femenino, no estoy hablando de lo propio de varones y mujeres maduros. Más bien de actitudes típicamente condicionadas a la sexualidad de un ser humano que aún no se ha complementado, bien relacionado, con alguien del otro sexo.
Así pues, están a años luz las mentalidades de los terroristas, de los personajes femeninos más destacados, como son la madre de Said y su pretendiente.
Al final, un hecho sorprendente: una conversión del "sistematicismo" al "empaticismo".
También Dios, Alá, dice: ¡Reflexionad!

5. Después de la conversión, las ventajas según el planteamiento anterior dejan de serlo, así como el mismo planteamiento aparece como absurdo.
La realidad nos vuelve a sorprender: el dolor, ese sentimiento de los seres queridos que se quedan (y los más queridos son las mujeres), no cuadra con las racionalidades lógicas de los activistas.
Un hombre ve a una mujer: ¿qué le mueve a la conversión? No queda claro si es lo que escucha de ella o el futuro con ella juntos.

6. No se pierdan la película: es mucho más rica en matices. Aunque al final da la sensación de que su itinerario crítico da algún pequeño salto en la evolución del converso.
Creámonos la realidad y dejemos atrás ideas artificiales, estereotipos:
El paraíso aquí, ¡ya!

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