Después de no cometer la negligencia de no reconocer la considerable controversia que la generosa decisión del Comité Nobel de Noruega ha generado y de no poder contradecir a los críticos de la decisión y de la aceptación, eso es talante, suelta la siguiente perla:
Pero quizá el asunto más controversial en torno a mi aceptación de este premio es el hecho de que soy Comandante en Jefe de un ejército de un país en medio de dos guerras. Una de esas guerras está llegando a su fin. La otra es un conflicto que Estados Unidos no buscó; uno en que se nos suman otros cuarenta y dos otros países –incluida Noruega– en un esfuerzo por defendernos y defender a todas las naciones de ataques futuros.Es decir, "si quieres más... toma! Pastillas de Roma".
De todos modos, estamos en guerra, y soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán. Por lo tanto, vengo aquí con un agudo sentido del costo del conflicto armado, lleno de difíciles interrogantes sobre la relación entre la guerra y la paz, y nuestro esfuerzo por reemplazar una por la otra.
Bueno, estas interrogantes no son nuevas. La guerra, de una forma u otra, surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias.
Por aquello de las buenas costumbres blogueras, el disurso lo podéis leer aquí (pincha con el botón derecho para decir que se abra en una nueva pestaña :) ). Pero no lo puedo recomendar pues me resulta incómodo o inquietante de leer. Y tampoco el portal es santo de mi devoción. Así que allá cada cual con cómo se le queden las neuronas. Que cada palo mantenga su vela.
Pues es que me he detenido en el último párrafo de esta cita. No salgo de mi asombro: ¡no ha superado los cuentos y leyendas que le han contado de la prehistoria! Sí, de antes de que el hombre escribiera.
Se ha tragado todas las películas de trogloditas, faraones y romanos, que tanto le divirtieron de niño y de joven, y no las ha digerido. Sigue sin saber qué es ficción y qué es realidad. Pensará que los indios eran los malos y los vaqueros sin vacas los buenos?
Dice textualmente, y repito la cita para ver si me la exorcizo de la memoria:
La guerra, de una forma u otra, surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias.Sí, en aquellos tiempos se guerreaba sin más. Todavía no habían envidias, ni rencores, ni ansias de dominación ni de querer estar por encima de los demás, ni soberbia, ni doblez ni engaño, ni mezquindades,... Solo se guerreaba de una forma u otra.
Los trogloditas de daban bastonados en la cabeza por puro desfici (como se dice en mi lengua materna; la "paterna" es el castellano) y no les salían chichones. Solamente estaban desficiosos.
Desfici es una de esas palabras de difícil traducción que viene a indicar desasosiego, intranquilidad, ansiedad, malestar,... y que no es ninguna de esas cosas por separado y juntas tampoco acaba de ser. Por desfici un niño le da un empujón al otro o le tira de las trenzas a otra. El desfici también se da por ejemplo cuando uno está en casa repantingado en el sofá sin planes pero con muchas ganas de salir a hacer cosas.
Pues eso es lo que piensa que le pasaba al primer hombre: estaba desficioso y se dedicaba a chinchar ya a otros simios superiores, cuando aún no había aparecido el segundo.
Qué tiempos aquellos! Qué añoranza!
Nota del bloguer: si alguien comenta el post y hace una crítica seria a la cita que alude a la conciencia humana primigenia, le recuerdo que es libre y está en su derecho. Es más, me gustaría racionalizar la ciencia antropológica de Obama.
No sé porque, pero este presidente me huele que va a seguir el ritmo del nuestro. Con unas excentricidades, que presentará como el inventor de las mismas. Todo él empieza a inquietarme. Siento no poder racionalizar la ciencia antropológica de Obama. Yo estoy en lo más bajo de la pirámide. No no, no es humildad, estoy aguantando a tantos que están arriba.
ResponderEliminarIncluso ha sido capaz de decir que su país se ha encontrado sin comerlo ni beberlo con el conflito de Afganistán. Igual quiere que nos chupemos el dedo ahora.
ResponderEliminarY que la misma Noruega, junto con otros 41 países están metidos en esa guerra.
Inquietante, inquietante!
Hay una autor de antropolojia, Marvin Harris, que escribe muy bien y, sobretodo, a pesar de lo discutible de algunos de sus desarrollos, tiene la virtud de provocar hambre de buscar más preguntas y respuestas.
ResponderEliminarSobre el caso concreto, de "lo natural" de la guerra, el clasico "Vacas, cerdos, brujas y guerras", un muy best-seller.
De mucha risa, también, a parte de unos minimos de rigor necesarios, en este tipo de obritas.
Recomendable, aunque solo sea para pasmarse más de los discursos de nuestros emperadores profirogenetas.
Feliz día veinticuatro y veinticinco.
"porfirogenetas", quise decir, sorry.
ResponderEliminarNo me leeré ese libro, pero en casa tengo Rebelión en la granja sin estrenar. jajaja
ResponderEliminarBon Nadal.
Para el caso, con "La Rebelión en la Granja" el Orwell también hizo su "trabajo de campo" como "observador participante", sobre las guerritas y las Palabras con mayusculas que nos venden los emperadores...
ResponderEliminaro pasó su "noche oscura" de marxista profeta anti-la-Puta-de-Babilonia-de-Moscú.
Y "1984" hay que leerlo.
Sed felices y buenos en el Cumpleaños. Que también es cada día, pero bueno, el Calendario Liturgico es una gran herramienta.
Es inminente mi partida vacacional navideña.
ResponderEliminar1984? Lo buscaré. A ver si los Reyes...
Bueno, a la semana que viene más.
Felices Pascuas.