Otro comentario peliculero, esta vez de Match point, y así titulé el post.
Ni todo en la vida es trabajo, ni todo es suerte. Aunque de fondo siempre están o pueden verse como cualidades.
Woody Allen sigue en buena forma y eso nos alegra. Una historia posible desarrollada a buen ritmo y con naturalidad, con un guión marca de la casa salpicado de sus clásicos diálogos imposibles. Las conversaciones woodyallianas nos suelen hablar de muchas cosas, por ejemplo:
- explicitan motivos, actitudes, intenciones y razones que habitualmente pasan inadvertidos;
- muestran la torpeza en la que nos encontramos, a su vez, ante una “explicitación” excesiva de esos motivos, actitudes,…;
- presentan situaciones vitales, existenciales, contemporáneas contradictorias de imposible solución -de aparente, al menos, irresolubilidad dentro del marco del bien;
- de cómo con el sentido del humor se encuentra sentido al sinsentido, y se descubre el absurdo en lo comúnmente aceptado socialmente;
- nos hablan de una búsqueda de integración coherente de los saberes de distintas disciplinas y de querer saber vivir y navegar por la sociedad, presentando casos en los que esa búsqueda y ese saber vivir no se dan;
- …
Aunque la película es rica en matices como la vida misma, podemos destacar unos temas para la reflexión que se plantean en ella de una manera sorprendente, woodyalleniana. Quizás se puedan destacar:
- La suerte en la vida. De cómo no controlamos el devenir de nuestras vidas y las consecuencias, el después, de esos golpes de suerte.
- La justicia en sí misma, la justicia objetiva. O la justicia orientada al orden establecido, una justicia donde tiene en cuenta el establishment, estando a su servicio e, incluso, dejarse violar por un fin superior.
- La conciencia. La justificación de lo que la conciencia puede estar denunciándonos. La ofuscación de la conciencia en la vida cotidiana y en una toma de decisiones importante.
- Cómo se conjugan en la vida el amor, la pasión, el estatus social alcanzado, la seguridad que dan las riquezas y un matrimonio (aunque en éste no se haya consentido plenamente).
- Las víctimas y el investigador policial quieren justicia, el que se ve condenado por los hechos espera… ¿suerte?
Pero la aplicación de la justicia es para hacer justos a los que no lo son. Y generalmente, lo que hacemos es justificar los hechos para pretender un sosiego que nunca llega.
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