Sin embargo, hoy salta esta noticia.
Dicho sea de paso, los agricultores galos siempre así. Olé por ellos! Los españoles siempre han admirado y deseado su mismo poder de negociación y su misma capacidad de acción.
Mientras a unos ven disminuyendo su poder adquisitivo de alimentos, otros denuncian que no obtienen suficientes ingresos para mantener la actividad productiva.
Son las leyes de mercado. El precio de un producto no va en función de su coste sino que éste es el punto de equilibrio del mercado.
El mercado en el que vende el productor y el mercado en el que compra el consumidor son distintos. En el sector de la industria agroalimentaria (y diciendo industria dejo de lado lo no encuadrable en la industria, permíteme la vaguedad) no hay un mercado en el que la oferta la compongan los productores y la demanda, los consumidores finales, las familias. No lo hay.
Ahora, 'causalmente' se quejan tanto los productores como los consumidores. Por una parte, en París vemos una protesta de unos. Por otra parte, la protesta de los consumidores no es en países desarrollados, sino son las cifras del Hambre y el agravamiento de la pobreza en los países más pobres, las que protestan en cada corazón que sigue siendo de carne y las oiga.
Entre productores y hambrientos, entre el barullo que montan los productores y el canto de las cifras del Tercer Mundo,... silencio.
En un post del pasado junio contaba, a mi modo de ver, cuál es la causa principal de la subida del precio del petróleo. Podemos pensar en un aumento de la demanda mundial por el Asia emergente. Pero esta crisis del precio del crudo era el augurio del batacazo del sistema financiero. Se pasó de especular con las acciones de los bancos a especular en futuros del crudo.
Esos inversores financieros, cuyo capital es paja y cuya creación de riqueza es ilusoria, se habrán enriquecido. Pero realmente han provocado un devío de capital ingente de todo el mundo hacia los productores de petróleo.
Ahora, qué puede estar ocurriendo? Reventadas esas burbujas, los inversores financieros (que es como el dinero que sobra en el mundo) tienen que cambiar el objeto de su especulación. Están siendo algunas materias primas como es el oro, están siendo los futuros de los cereales,...
Este Capital destinado a la especulación, en su conjunto y sin poder exigir responsabilidades a nadie, pues "nadie" las tiene, se dedica a desvirtuar la marcha del mercado donde aterriza.
Es cuanto menos curioso ver cómo se negocia con opciones de compra en un mercado de futuros cuando nadie está obligado a vender nada ni a comprar nada, donde el subyacente es una excusa para jugar en esos "casinos con el azar bajo control".
Y es en los mercados reales, donde hay quien se frota las manos y se aprovecha de la coyuntura.
Con todo esto, sigue siendo cierta la verdad científica de que el precio es el punto de equilibrio del mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario