a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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viernes, 18 de septiembre de 2009

Misterioso por su fragilidad

Otro comentario hecho en su día sobre "Memorias de una geisha".


Oído lo oído, ni siquiera las geishas están contentas con su condición. Al menos ésta, la de las memorias, por no haber nacido para ello.
¿Alguna mujer ha nacido para geisha, cortesana o prostituta? Está claro que hay gran diferencia entre estas tres “profesiones”, pero ¿acaso son verdaderas profesiones vocacionales?

Son las mismas colegas “experimentadas” las que por haber sorteado, o quedando inmersas en alguna frustración, algún desengaño o claudicar ante un amor imposible, anulan la fuerza vital y varían el cauce de la vida de las niñas y jóvenes compradas a sus familias. Unas para geishas y otras para prostitutas.
Hay muchas realidades en este mundo gracias a la miseria –como la lepra, por ejemplo-. Y además, si el mundo ha estado pensado por los varones...

Seibei Iguchi no frecuentaba esas casas (el protagonista del “Ocaso del samurai”), pero vamos a suponer la bondad de ese submundo elevado a la categoría de mundo.

Las geishas son una obra de arte viviente, artistas del mundo etéreo. Pero ¿podemos hacer ojos ciegos a la trastienda, a lo que ocurre entre bastidores?

En occidente, tenemos los bares, el teatro, tertulias-café, restaurantes étnicos,... Se ve que en Japón sólo gozaban de esas casas cuyos ingredientes son algo de todo el abanico de posibilidades en nuestra civilización: esposas del atardecer, pero eso sí, sin que "comercien" con su cuerpo.
Es aquí donde vemos otro tipo de miseria. Por una parte, la que solían adolecer el común de las verdaderas esposas: la carencia de cultura y de intelectualidad. Al menos en occidente, siempre se ha dicho que las mujeres, con la que cada cual compartía alcoba, bien esposas bien concubinas, eran el verdadero poder en la sombra. Y por otra, las actividades de ocio públicas eran coto reservado para varones.
Claro que, en esas tertulias con amigos y actividades lúdicas, ¿quién iba a servirles sino una geisha?
Pero una geisha debe mantener el corazón al margen, cuando lo que todos deseamos es estar y permanecer con una alteridad. Es inevitable. Luego, es imposible una solución que satisfaga a todos.

Una magnífica película por su ambientación. No de balde está nominada a los oscars precisa y solamente en las categorías de fotografía, vestuario, dirección artística, banda sonora, mejor sonido, mejores efectos sonoros. Si llega a ser genial la adaptación del guión y la interpretación de los actores se llevaría la palma desbancando a cualquiera.

No obstante, los actores están muy bien elegidos y es de las que no se pueden dejar de ver.

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