a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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viernes, 18 de septiembre de 2009

Llevar algo en la sangre

Puestos a traer comentarios de películas que durante un tiempo, breve más bien, iba haciendo de las que veía en las salas de cine, he aquí otro. Compruebo que, al cambiar de compañía, ya no tengo la habilidad de redactarlos y que, con el tiempo, el estilo también cambiaría.


¡Vaya forma de contar cosas! ¡Qué manera de hacer reír en un drama!
¡Genial, genial!

La historia nos la cuenta el “hip-hopero”, el nieto (traductor de segunda) del abuelo (ciego, guía y chófer) cuya empresa estaba al servicio de los judíos americanos de origen ucraniano. Clientes aborrecidos por el abuelo y, según el nieto, con la cabeza llena de mierda.

El “Hip-hopero” es como variante algo más sensata del "Neng de Castefa" y más real, que después de la experiencia, se vuelve tan pensador como uno de los personajes protagonistas de “Princesas” (peli española).

Al final, el chófer no es quien se creía que era y el traductor evoluciona en su mentalidad a su manera pero, sin duda, admirable. Y eso es lo que nos cuenta: su lectura e interpretación filosófica de la vida a raíz de esa "rígida" búsqueda.

Todo empieza cuando el joven judío americano coleccionista emprende la búsqueda, la "rígida" búsqueda, de la chica que aparece junto a su abuelo en una fotografía muy antigua, dada por su viuda abuela moribunda. Poniéndose en contacto con tal empresa de servicios, cuyo emprendedor jubilado ya la traspasó a su hijo.

El pasado lo ilumina todo. Aunque a cada personaje lo ilumina de manera particular. Además, a pesar de que pueda parecer que la luz proceda del pasado, tanto rememorado como descubierto, puede resultar en verdad que es el presente el que arroja luces sobre el pasado. Y cuando todo se ilumina parece que cambia lo iluminado, bien sea el presente o bien el pasado.

El pasado puede cambiar. Y no sólo por que lo escriban distintos señores, poniéndose de moda una corriente de opinión u otra. Como se dice, la Historia la escriben los vencedores. Pero no es meros cierto que la Verdad es imparcial y buena para todos. Ya que en realidad, el teatro del mundo no juega a bandos contrarios en tensión dialéctica (tesis, antítesis y síntesis).

Al ver la película hay que fijarse en todo aquello que arroja luz. Y se acaba descubriendo la historia de Tachimbrod, el drama envuelto de comedia.

¿El abuelo chófer es el más iluminado después de la historia? Si. Pero si ya era un tanto contradictorio y peculiar al principio, no lo es menos en su desenlace. Ya que se hace poética bella de su suicidio. ¿Pensó que debería estar muerto? ¿Le pesaba la pregunta del por qué él se salvó? ¿Quería reconciliarse y unirse a los suyos después de una vida sin desvelar sus raíces?
Se camufló y se integró en el bando de los dominantes en su segundo nacimiento y al final de su vida, cuando se reencontró consigo mismo, ¿valoró en nada esa supervivencia? ¿No entendió ese golpe de suerte? ¿Quizás no supo vivir y, por tanto, no supo morir?

El caso es que ya parecía estar a gusto en el lugar donde se encontraba. ¿En el seno de Abraham?

Y el detalle del anillo, sobra. Es algo pedante. ¿No os parece?

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