a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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sábado, 6 de septiembre de 2014

La aprobación eclesiástica (1/2): grupos de presión

I need your love
 
Una de las preguntas que siempre me he hecho es acerca del interés de alguna gente o ciertos colectivos por obtener la aprobación de la Iglesia, bien como autoridad moral, bien por su Magisterio. Bien por ideología o por forma de vida saben que no comulgan mucho con su doctrina y sin embargo parece que echan de menos un respaldo.
 
También se dan casos en los que ocurre lo contrario: hijos "fieles" de la Iglesia que olvidan algunas de sus directrices y, en sus conciencias, no reparan en ello.
 
En el primer grupo, uno de los colectivos principales, por su historia, su nivel racional y su astucia, son los masones. Casi podemos identificar (o confundir) racionalismo y modernismo con masonería.
 
Su discurso es blanquecino como una estatua de mármol, plano y un tanto insulso. Su atractivo radica en la capacidad de confusión: falta de rigor histórico y un sensacionalismo enajenante. Tiene estos tres elementos: cierta racionalidad o apariencia de ella, manipulación histórica y fantasías varias. El discurso va dando saltos continuamente de un elemento a otro: sueltan una verdad y acto seguido van colando goles hasta que marean a la "víctima". Ésta acaba sin saber quién es ni dónde está, valga la expresión: todos los esquemas parece que se ponen patas p'arriba y queda bajo los efectos del sensacionalismo que van desde miedos hasta posibilidades de logros científicos imposibles.
 
La luz fatua de la razón (del falso yo) tiene su atractivo cuando se es ciego a la luz del Corazón. No sé qué necesidad tienen algunos cristianos para pertenecer a alguna de sus logias. El caso es que por activa o por pasiva, la masonería persigue esa "aprobación eclesiástica". Si no la consigue como enemigo buscará ser amigo. En realidad, esa "aprobación" se daría cuando la Iglesia se convierta: es un conquistar, un vencer y derrotar a la Iglesia.
 
Cómo reacciona la Iglesia? Jesucristo no echa ningún pulso con nadie pero a veces parece que miembros de la Iglesia se rebajan a nivel de los "contrincantes" para supuestamente batallar. Dios no lucha contra el mal: Dios nos salva. Si nos ponemos a luchar contra los enemigos de la Iglesia es cuando precisamente tenemos la batalla perdida.
 
Al provocar a la Iglesia a entrar en el juego, en Ella se forma una especie de "masonería blanca" (de la que surge una ideología invisible) y, de vez en cuando, tiene que hacer manifestaciones de poder. Por ejemplo, cuando comparan estadísticas de la capacidad de convocatoria de un macroevento con la de un macroconcierto de rock.
 
Gente que se cree como del núcleo duro de la Iglesia (los primeros serán los últimos o tan últimos que no entren).
 
Las ideologías sirven para hacer fuerte al falso yo. Es como su exoesqueleto: lo mantienen en pie y le sirve de defensa. Le dan apariencia de caballero de la armadura pero no se es más que un escarabajo. La "ideología invisible" está desarrollada en función de la verdad según la Fe, pero no deja de ser ideología y vida del falso yo.
 
Luego tenemos otros colectivos que no tienen tan altas aspiraciones. Tan sólo les gustaría que la Iglesia levantara la mano y fuera más "transigente y abierta".
 
Puede que algunas de las reivindicaciones tengan su razón de ser. Por ejemplo, cabe una mayor agilidad en procesos jurídicos como las nulidades matrimoniales, o una mayor voluntad en preocuparse por la integración de divorciados, secularizados, o abordar campos pastorales periféricos,... Ecclesia semper reformanda.
 
Sin embargo, hay quienes les gustaría una "puesta al día" de la Iglesia adaptándose a los tiempos que corren en temas de anticoncepción, del sacerdocio femenino y del celibato sacerdotal, de su papel político y social,... Parece que les permitiría tener la conciencia más tranquila y, no solo eso, sino que le auguran "tiempos más exitosos".
 
Simplemente, les recomendaría que se liberasen de la dependencia que deben sentir hacia la Iglesia. Que sean más consecuentes con sus posiciones y con mayor madurez.
 
Nota: en la segunda parte se tratarán las ideologías.
 

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