a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _


jueves, 21 de julio de 2011

La nube del no saber │ cap. 41

El hombre debe buscar la prudencia en todo salvo en la contemplación.

Si me preguntas acerca de la prudencia con que debes hacer esta tarea, mi respuesta es esta: "¡Ninguna en absoluto!". Con todas las demás cosas, por ejemplo comer, beber y dormir, no pasar calor ni frío, o el tiempo que dedicas a rezar, leer y conversar con tus hermanos cristianos, haz lo que mejor te parezca. En todos estos casos debes emplear la prudencia para no excederte ni en mucho ni en poco. Sin embargo, en lo concerniente a la contemplación, ¡olvídate de la prudencia! Mientras vivas, no quiero que abandones en ningún momento esta tarea.

No digo que debas estar descansando siempre que la practiques, pues sé que es imposible. La enfermedad, cualquier otro transtorno corporal o anímico o alguna necesidad corporal pueden impedírtelo a menudo y supondrán en ocasiones un obstáculo insalvable. Sin embargo, debes dedicarte siempre a esta tarea, si no de hecho, en intención, tanto si estás "de guardia" como si no. Protégete de la enfermedad tanto como puedas, de manera que en la medida de lo posible no seas tú mismo la causa de la flaqueza. No te engaño cuanto te digo que esta tarea pide una gran serenidad y una armoniosa y clara disposición tanto del cuerpo como del alma.

Así que vigila el cuerpo y el alma con sumo cuidado y manténlos tan sanos como puedas, por el amor de Dios. Si caes enfermo pese a todo, ten paciencia y aguarda con humildad la misericordia divina. Es todo lo que se te pide, pues no te engaño si te digo que suele complacer más a Dios la paciencia que se muestra estando enfermo o sufriendo cualquier otra tribulación que la placentera devoción que se muestra estando sano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario