a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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miércoles, 20 de mayo de 2009

Leyendas para no dormir. Parte 2ª

Mi postura y consideración hacia los ateos y apóstatas aparece en varios posts de este blog. Ahora bien, me es difícil de asimilar su inquina. Aunque me es posible comprender sus motivos y circunstancias, ya que casi siempre está basado en extrapolaciones de malas experiencias. A partir de ahí siempre se observa que el fondo intelectual de sus tesis, conclusiones y ocurrencias brilla por su ausencia.
Esta opinión mía la podría decir de cualquier persona, sobre cualquier anécdota o sobre cualquier opinión (como las políticas o las de fútbol).

Mi actitud de expresar este modo de ver particular no es culpabilizar, máxime cuando es "mal" de todos, sino plantear la importancia relativa de la intelectualidad y no ir cayendo en un intelectualismo estéril y ridículo en un debate que parece que los rivales se quieran derribar, aniquilar y borrar de la faz al visto como contrincante o enemigo.

Por ejemplo, este ejemplo. Nos podemos encontrar un argumento como este:
"Un hombre de extracto humilde, hijo de aldeanos que anda 3 años de vagabundo itinerante, que muere ajusticiado, y cuyos seguidores otros vagabundos como él, "resucitan" su figura, se inventan unas frases sobre el amor y el perdón que le atribuyen, así como unos cuantos milagros que por cierto no tuvieron lugar de esa forma. Así construyen lo que llamamos Iglesia".

Los ateos militantes o los anti-iglesia o los contra-cristo tienen unas ocurrencias inverosímiles y muy "creativas". No es nuevo. Basta leer los evangelios gnósticos para ver conversaciones y planteamientos que a todas claras son imposibles, ilógicos, absurdos, ridículos e incluso infantiloides. Recuerdo ahora un diálogo de Pedro con Jesús o algún retazo del recientemente famoso evangelio de Judas.

A Dawn Brown no lo conozco, ni quiero ponerlo en el mismo caso. Entre otras causas, aparte de mi ignorancia, está que no tengo sacos, ni siquiera uno común para dos personas. Leí "El código Da Vinci" y vi el film basado en dicho libro. Es entretenido. Cuando es best seller será por algo. Es una novela en la que la urgencia en resolver adivinanzas te mantiene en vilo como si un juego de rol se tratara. En ese sentido, y al margen de la calidad literaria y cinematográfica, no tengo nada que decir.
Ahora bien, si vamos más allá (siendo éste un factor de su éxito también), al margen de inexactitudes históricas, artísticas y de localización, se dan diálogos imposibles como en las películas de ciencia ficción con aspiraciones de divulgación científica.

PD: igual hay una tercera entrega de "Leyendas para no dormir" y goleadas varias.

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