Disculpa del autor por enseñar que todos los contemplativos deben perdonar plenamente a los activos que hablen o actúen contra ellos.
Podría pensarse que siento un escaso respeto por Marta, esta santa tan excepcional, al comparar sus quejas con las de los hombres mundanos o las de ellos con las suyas. Te aseguro que no pretendo desmerecerla ni desmerecerlos. No permita Dios que diga nada despreciativo de alguno de sus siervos, cualquiera que sea el grado en que lo fueren, y en particular de esta santa. Creo que podemos comprender y excusar sus quejas si consideramos mejor las circunstancias de la época y de su comportamiento. Marta hablaba sin conocimiento de causa. No es extraño que en aquel tiempo no supiera en qué estaba ocupada María, pues dudo de que hubiera escuchado muchas cosas con anterioridad sobre semejante perfección. Por otra parte, lo que dijo lo expresó de manera cortés y sucinta. Debemos disculparla sin reservas.
Asimismo, pienso que a esos hombres y mujeres mundanos se les deben perdonar los reproches que he mencionado, por muy grosero que haya sido su comportamiento. También ellos son ignorantes. Así como Marta sabía muy poco acerca de lo que María estaba haciendo cuando formuló sus reproches, tampoco estas gentes de nuestro tiempo saben nada de las intenciones de estos jóvenes discípulos de Dios que se retiran de los asuntos mundanos y son impulsados a convertirse en servidores excepcionales de Dios, bien porque han de ser santos, bien porque es lo espiritualmente correcto para ellos. Estoy casi seguro de que, si lo supieran, no hablarían ni actuarían como lo hacen. Por tanto, he llegado a la conclusión de que debemos perdonarlos; no tienen la menor idea de que existe una vida mejor que la suya. Más aún, cada vez que pienso en los innumerables errores de palabra y obra que yo mismo cometí en el pasado por culpa de la ignorancia, recuerdo al mismo tiempo que, si Dios tiene que perdonarme por esos pecados de ignorancia, también yo debo perdonar las palabras y obras de otros hombres ignorantes con la misma caridad y compasión. De lo contrario, es seguro que estaría haciendo a los demás lo que no quiero para mí.
Política basura ⇔ tele basura ⇔ público/votantes basura
-
Tráiler del film "De finde a Canarias" donde se relata la extraordinaria
historia de dos cargos nacionales en Madrid del PP. Cada uno en su momento,
viaj...
qué es más trabajoso, qué más caritativo con la projimidad,
ResponderEliminarel trabajo o la comtemplación ?
todo es trabajo, todo es importante, todo puede ser excepcional y camino de santidad.
puestos a juzgar ("no juzgueis"),
el deber de la modestia nos torcería a otorgar mayor valor al camino por el que no transitamos.
pero el reconocimiento del valor del otro y de nuestras carencias no debe torcer la justicia.
volvemos a encontrarnos en lo de no juzgar, y a trabajarnos el camino en el que hayamos ¿caído?
si miramos a nuestro alrededor, en las familias, en la sociedad laboral, nos encontramos la misma incomprensión de la importancia y el esfuerzo de los otros, "los que no están haciendo nada", "los que no comrenden lo que es importante".
me alegro de que vuelvas a soltar palabras.
Perdí el hilo del blog. La vida activa me absorvió más y no levantaba la vista más allá de la actualidad.
ResponderEliminarSerán los brotes verdes? jajaja. Este blog empezó gracias a la crisis. Y si salimos de la crisis... ya veremos. Pásate al facebook.
Este autor reconoce que la vida contemplativa, la mística, es para todos. Este libro está escrito para todos: religiosos, sacerdotes y laicos.
No saber, levantar los hombros, comprender, que se haga la luz. Queremos palabras, queremos una verdad acomodada a unos planteamientos que nos imposibilita el verdadero obrar / vivir / amar.
"Morir,
vivir, amar."
Cantaría un poeta.