"Si el Señor Todopoderoso me hubiera consultado antes de embarcarse en la Creación, le habría recomendado algo más simple".
Atribuido a Alfonso X el Sabio.
Quizás nosotros le hubiéramos recomendado algo como de ciencia ficción, un mecano o, como mucho, algún ideal (que siempre fracasan), una especie de secta dulzona, un "paz y amor" a lo hippy, una utopía de superhombres (que por otro lado, donde solo tiene cabida uno solo).
Cuánto nos cuesta dejar de ser como dioses! Cuánto nos cuesta ser criaturas, tener conciencia de ser criaturas! Cuántas veces pedimos a Dios para que las cosas sean como nosotros queremos y deseamos! Y siempre, cuando Dios nos concede una Gracia, sin ser lo que mezquinamente pedimos, es infinitamente mejor de lo que esperamos.
Hace poco leí unos textos entresacados de "Así hablo Zaratrusta" de Nietzsche. Y entre ellos traigo dos:
"Este es un baile a campo a través: yo soy el cazador. ¿Tú quieres ser mi perro o mi gamuza? […]. Me he caído al saltar. ¡Mírame yacer en el suelo e implorar gracia a tu arrogancia! ¡Me gustaría recorrer contigo senderos más agradables, senderos de amor a través de silenciosos bosquecillos de múltiples colores, o a lo largo del lago donde nadan y bailan peces dorados. ¿Ahora estás cansada? Ahí arriba hay ovejas y atardeceres. ¿No es hermoso dormir cuando los pastores tocan la flauta? ¡Yo te llevo! Deja tan sólo caer los brazos […]. Estoy en verdad cansado de ser siempre tu estúpido pastor. Tú, bruja, hasta ahora he cantado yo para ti. Ahora tú debes gritar para mí. Al compás de mi látigo tu debes gritar y bailar para mí".
"Yo soy buena contigo y a menudo demasiado buena, porque estoy celosa de tu sabiduría. Si tu sabiduría se apartase de ti, entonces se apartaría de ti mi amor".
En el contexto de estas dos citas, parece que él dialoga con la vida. Podría ser una especie de oración pero es él quien lleva a la vida como a cuestas y con la que no acaba de haber una armonía o sintonía. Parece que la vida va por su cuenta. Cuando debería considerar lo contrario: es él quien va por su cuenta con esa voluntad de poder y ese homocentrismo o egocentrismo. No lo digo como juicio, no lo valoro como malo, sino referente a un estado natural nuestro dada nuestra naturaleza caída.
Esa unión con la vida es la vida dionisíaca donde la infancia, la inocencia, la espontaneidad, la bondad natural campa a sus anchas más allá de las reglas morales formuladas y aplicadas con rigor y rigidez textual (de las que él con razón critica y se rebela).
Supongo que esa infancia, esa vida dionisíaca, engloba también “placeres mundanos” que la moral reprueba. No obstante, sin ser la llamada beatitud originaria, estado que vivieron nuestros primeros padres al ser creados, pensaba si se podría considerar una intuición de esa beatitud originaria como si ésta estuviera “inscrita” en la razón del hombre.
Tremendo! Tenemos a un sabio católico decir algo completamente fuera de cauce y tenemos a un nihilista aproximarse intuitivamente al estado preternatural.
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