a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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domingo, 17 de mayo de 2009

Leyendas para no dormir

Me encuentro en el blog de Anyul esta cita de Kierkegaard:
"La blasfemia más tremenda es la acometida por la 'cristiandad': transformar al Dios del espíritu en un disparate irrisorio; y el culto menos espiritual, menos espiritual que todo lo que hay y que jamás hubo en el paganismo, menos espiritual que adorar como dios a una piedra, un buey, un insecto, menos espiritual que cualquier otra cosa, es: adorar bajo el nombre de Dios a ¡semejante necedad!"
(El Instante Nº 2, 4 de junio de 1855, Copenhague).


De seguro que algunas veces nos han entrado ganas de gritar al mundo que Cristo vive, que Cristo revela el hombre al propio hombre, descubrid la verdadera dicha y la verdadera alegría, descubrid a Dios en vuestro interior, encontraros en vosotros mismos y encontrad el Camino de la libertad,...
Estos gritos, anuncios, buenas nuevas, kerigmas,... entran ganas de hacerlos en pleno descubrimiento de la religación y en plena efervescencia del Espíritu Santo en uno mismo.

Así mismo da pena que la práctica religiosa se convierta en una tradición y en un mero costrumbrismo. Da pena que una comunidad mayoritariamente de una orientación política tenga difícil cabida alguien de otro signo político. Da pena ver a católicos (que son los que suelo ver: a católicos) a merced del oleaje de la parcialidad de los medios de comunicación, haciendo parecer que éstos sean la voz del pastor que revivifica, reactiva la vida de las ovejas y del rebaño. Da pena ver a católicos influenciados por libros de autoayuda, de cuentos con sicología, y que les va entrando cierta tirria a las homilías y a las palabras del sacerdote, al margen del sacerdote. Da pena que los pastores, y en cierta manera todos somos oveja y pastor, en cuanto mayormente responsables y las ovejas mismas no descubran el bagaje que ofrece la espiritualidad cristiana de dos milenios de experiencia y de multitud de grandes autores y santos, tanto clásicos como más actuales y contemporáneos. Da pena ver a católicos practicantes y fervorosos haciendo alarde de pensamientos y expresiones que desentonan claramente con las palabras del Santo Padre y del Magisterio de la Iglesia.
Y así podría seguir.

También da pena lo poco o nada que he hecho al respeto, mi tibieza y tantas oportunidades perdidas. Ojalá hubiera sido tan osado como Kierkegaard. No obstante, este gran pensador habla de "disparate irrisorio". Desconozco las circunstancias de su época y de su lugar. Pero puede parecer así, no tanto por la misma "función divina" sino por el juicio que se puede hacer al echar un vistazo a su "público". Y para ser honestos no deberíamos enjuiciar pues así nos desentendemos del asunto. Al enjuiciar a los demás nos separamos de los demás.
También me llama la atención la siguiente frase: "adorar bajo el nombre de Dios a ¡semejante necedad!". O bien no entiendo la frase, o bien Kierkegaard no se enteraba de lo que suponían tales Asambleas. Hubiera entendido que dijese: adorar bajo semejante necedad el nombre de Dios.

No voy a ser yo quien haga "leyendas blancas" de la Iglesia, ni la defienda con ingenuo infantilismo.

Nota del bloguer: en mi casa se ha hecho el silencio nocturno; supongo que continuará.

2 comentarios:

  1. no me había dado cuenta que no tenía enlazado tu blog.

    Desde ahora te sigo...

    Un abrazo, hermano.

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