a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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domingo, 18 de diciembre de 2011

La nube del no saber │ cap. 59

Tampoco la Ascensión de Cristo debe tomarse como ejemplo literal. En la contemplación, deben olvidarse el tiempo, el lugar y el cuerpo.


Y, si vas a hablarme de la Ascensión del Señor y decirme que tiene un significado tanto físico como espiritual, visto que fue su cuerpo físico el que ascendió y que es tanto Dios verdadero como Hombre verdadero, te responderé que Nuestro Señor había estado muerto y luego fue revestido con la inmortalidad, como lo seremos nosotros el día del Juicio. En ese momento, nuestros cuerpos y almas serán tan etéreos que tendremos la capacidad de ir físicamente dondequiera que queramos con la misma rapidez con que ahora podemos desplazarnos con la mente a cualquier sitio. Nos desplazaremos arriba, abajo, atrás, adelante, de lado: todo será lo mismo para nosotros, y será bueno, como dicen los sabios. Sin embargo, en el momento presente no puedes ir al cielo con el cuerpo, sino sólo con el espíritu. Y esto es espiritualmente tan real que no es corporal en absoluto: no se halla encima ni debajo, ni delante ni detrás, ni a un lado ni a otro.

Asegúrate de que todos los que quieren vivir la vida espiritual y la señalada en este libro en particular, cuando lean tales palabras como "elevarse", "entrar" o que la tarea de este libro se llama "movimiento", entiendan con claridad que dicho movimiento no alcanza nada, ni entra en parte alguno en un sentido físico, ni se produce de un lugar a otro. Incluso si a veces se la llama "reposo", no deben pensar que significa permanecer en un lugar y no abandonarlo, ya que la perfección contemplativa es tan excelsa y espiritual en sí misma que, si se entiende de manera apropiada, nos daremos cuenta de que es el polo opuesto de cualquier movimiento o lugar físico.

Tal vez resultaría más razonable llamarla "cambio" en lugar de movimiento, un cambio imprevisible, ya en que la plegaria contemplativa debe olvidarse sobretodo el tiempo, el espacio y el cuerpo. Así pues, sé cuidadoso para no tomar la ascensión corporal de Cristo como ejemplo, de manera que no intentes elevar físicamente la imaginación hacia arriba, ¡como si fueras a ascender más allá de la luna! Tal cosa es imposible espiritualmente. Si fueras a ascender al cielo con el cuerpo como hizo Cristo, podrías tomarlo como ejemplo. Sin embargo, nadie puede hacerlo salvo Dios, tal como Él mismo dice: "Nadie subió al cielo sino el que bajó del cielo y se hizo hombre por amor a los hombres"1. Incluso en el caso de que fuera posible, que no lo es, sólo podría serlo por medio de la máxima actividad espiritual, del poder del espíritu, alejado por completo de todo esfuerzo físico y tensión de la imaginación para ir "arriba", "dentro", "de lado" o lo que fuere.

Abandona un error semejante, ya que es imposible.

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