a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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lunes, 5 de diciembre de 2011

La nube del no saber │ cap. 58 (2 de 2)


¿Qué más da que Nuestro Señor fuera visto por los ojos de su madre y sus discípulos mientras ascendía con el cuerpo hacia el cielo? ¿Por esta razón vamos mirar hacia arriba cuando nos dediquemos a la contemplación, esperando verlo sentado en el cielo, o de pie, tal como lo vio san Esteban? No, ya que no se reveló en forma humana a san Esteban para enseñarnos que debíamos mirar físicamente hacia el cielo en nuestra vida espiritual, si es que por ventura también pudiéramos verlo como hizo san Esteban, ya fuera sentado, acostado o de pie. Nadie sabe lo que hace con su cuerpo en el cielo, si está sentado, de pie o acostado. Tampoco nadie necesita saber nada más, salvo que su cuerpo se halla inseparablemente unido a su alma. Su cuerpo y su alma, esto es, su humanidad, se hallan inseparablemente unidos a su divinidad. No necesitamos saber si se halla sentado, de pie o acostado, sino sólo que está ahí, haciendo lo que le place, ya que Nuestro Señor siempre hace con su cuerpo lo que mejor le convenga, sea lo que fuere. Así pues, cuando se aparece a alguien en una postura cualquiera a través de una visión, lo hace con algún propósito espiritual y no porque en realidad adopte semejante postura en el cielo.

Un ejemplo lo ilustrará: la expresión "mantenerse en pie" implica buena disposición para ayudar a alguien. Así, es frecuente que un amigo le diga a otro cuando están enzarzados en un combate: "¡Coraje, viejo amigo, lucha y no pienses en rendirte, que yo me mantengo en pie a tu lado!". Con esto no quiere decir que esté físicamente de pie a su lado, ya que podría tratarse de un combate a caballo y no a pie derecho, o en el que se avanza en lugar de permanecer en posición estacionaria. Lo que quiere decir con "mantenerse en pie" es que está dispuesto a ayudarle. Es por esta razón que Nuestro Señor se apareció a san Esteban en el cielo de manera física durante el martirio del santo, y no para proporcionarnos un ejemplo de mirar hacia el cielo. Fue como si le estuviera diciendo a san Esteban, representante de quienes sufren persecución por amor hacia Él: "Esteban, es tan cierto que puedes confiar que me mantengo en pie a tu lado espiritualmente, dispuesto a ayudarte por el poder de mi divinidad, como que he abierto el firmamento del cielo y he dejado que me veas de pie. Por tanto, manténte firme en la fe y soporta con coraje las terribles heridas que te infligen las duras piedras. Te coronaré en el cielo como recompensa, y no sólo a ti, sino también a todos los que sufren persecución por mí".

De manera que, como puedes ver, tales demostraciones externas se realizan con fines espirituales.

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