a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone       
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martes, 4 de octubre de 2011

La nube del no saber │ cap. 52

Cómo algunos jóvenes discípulos presuntuosos interpretan mal la palabra "dentro" y los errores que resultan de ello.

La locura de la que hablo se produce así: leen o escuchan a alguien decir que deben detener la actividad "exterior" con el trabajo de sus mentes y luego trabajar dentro de sí. Y, dado que desconocen lo que significa la palabra "dentro", lo hacen de manera incorrecta, ya que vuelven la mente física hacia el interior del cuerpo, lo que es antinatural, y se esfuerzan como si quisieran ver espiritualmente con sus ojos físicos, escuchar por dentro con sus orejas exteriores, oler, gustar y sentir por dentro, y así sucesivamente. De manera que distorsionan el orden natural y someten sus mentes a esfuerzos tan innecesarios por medio de un falso ingenio que al final sus cerebros se trastornan. Es entonces cuando el demonio puede engañarlos con luces y sonidos falsos, aromas deliciosos y sabores maravillosos, que se avivan y encienden en sus corazones, estómagos, espaldas, riñones o extremidades.

En medio de este ensueño se imaginan que están contemplando con placidez a su Dios, libres de vanos pensamientos. Y así se hallan en cierto sentido, pues se encuentran tan henchidos de falsedad que un poco más de vanidad no puede perturbarlos. ¿Por qué? Porque es el mismo demonio quien obra en ellos, del mismo modo que también los tentaría si fueran por el camino correcto. Como sabes muy bien, el demonio no avisa de sus propios designios. Por miedo a despertar las sospechas del contemplativo, no alejará a Dios por entero de sus pensamientos.

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