Sobre quien juzga las faltas de los demás o los culpa por ellas.
¿Quién puede juzgar las obras de los hombres? Es indudable que quienes posean la debida autoridad y tengan a su cargo el cuidado de las almas, bien porque se les ha encomendado de manera pública a través de las normas y preceptos de la Santa Iglesia, bien porque se les ha encomendado de manera privada y espiritual a través del impulso especial del Espíritu Santo en el amor perfecto. Tanto unos como otros deben ser prudentes y no atreverse a acusar y condenar las faltas de los demás, salvo que se sientan verdaderamente movidos a ello en su interior por el Espíritu Santo. De lo contrario, podrían equivocarse por completo. Por tanto, sé prudente: júzgate a ti mismo si quieres, ya sea entre tú y Dios, o entre tú y tu padre espiritual; y deja en paz a los demás.
a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone
La Misión BS, E. Morricone
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miércoles, 14 de abril de 2010
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