El pecador sólo puede alcanzar la humildad perfecta a través de la imperfecta.
Si bien la llamo humildad "imperfecta", es cierto que prefiero tener verdadero conocimiento y conciencia de mí mismo tal como soy por este camino que careciendo de él. Creo que dicho camino me conducirá antes a la humildad "perfecta" en sí, a su causa y su virtud, de lo que tardaría en llegar a ella si se aliaran por una parte las huestes celestiales, los santos y los ángeles, y por otra la Santa Iglesia de la tierra, los hombres y las mujeres, religiosos o seglares, en sus diferentes estados, con el fin de que lo consiguiera, y rogaran todos juntos a Dios para que yo pudiera alcanzar la humildad perfecta. Sí, así es, es imposible para un pecador alcanzar o conservar la humildad perfecta sin esta conciencia.
Por tanto, dedica todas tus fuerzas y explora todos los caminos a tu alcance para conocerte y sentirte a ti mismo tal como eres en realidad. Sospecho que no pasará mucho tiempo antes de que llegues al auténtico conocimiento y experiencia de Dios tal cual es. No tal cual es en sí, por supuesto, pues esto es imposible para nadie salvo a Dios, ni tampoco de la manera en que lo harás en el cielo, con el cuerpo y el alma, sino tanto como te sea posible conocerlo y sentirlo por medio de un alma humilde que habita en un cuerpo mortal, y tanto como Él te lo permita, claro está.
No obstante, no vayas a pensar que, dado que sostengo que hay dos causas de la humildad, quiero que dejes a un lado la ardua tarea de la humildad "imperfecta" y te concentres de lleno en la "perfecta". De ninguna manera, ya que jamás podrás alcanzarla por este camino. Si me expreso así es porque quiero contarte, y que lo veas por ti mismo, cuán valioso es este ejercicio espiritual, más que cualquier otro ejercicio físico o espiritual, incluso si el otro se lleva a cabo bajo la inspiración de la gracia, y cómo el amor secreto de un alma purificada, que lucha sin descanso para entrar en esta nube oscura del no saber que media entre tú y Dios, contiene en su interior la perfecta humildad de manera verdadera y perfecta al no buscar otra cosa más que a Dios. Y también porque quiero que sepas en qué consiste la humildad perfecta, la pongas en tu corazón para que la ames, por tu bien y el mío, y te vuelvas todavía más humilde gracias a este conocimiento.
Estoy convencido que el ansia de saber es a menudo causa de no poco orgullo, pues es probable que si no supieras qué es la humildad perfecta pensaras que casi la habías alcanzado en el momento de poseer algún conocimiento y experiencia de lo que yo llamo humildad imperfecta. De este modo, te engañarías a ti mismo creyéndote por completo humilde cuando en realidad estaría devorándote un orgullo abominable. Por tanto, pon todo tu empeño en lograr la humildad perfecta, ya que su naturaleza es tal que quien la posee deja sencillamente de pecar durante el tiempo que la posee, y tampoco peca demasiado después, cuando pasa el tiempo de poseerla.
a expolitoxicómanos convictos
La Misión BS, E. Morricone
La Misión BS, E. Morricone
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ |
martes, 10 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Te saludo amigo virtual y voy siguiendo tu blog para aprender cada vez más.
ResponderEliminarSinceros saludos,
SB
Se corresponden los saludos, SB.
ResponderEliminarEncantado de saber que te pasas por aquí.
Un abrazo.
Mirad el vídeo, un milagro anual.
ResponderEliminarhttp://conmatricula.wordpress.com/2009/04/19/milagro-fuego-santo-jerusalen-ii/
Kyrie Eleison