Hace tiempo que me ronda en la cabeza este post y, por mucho que ha pasado el tiempo, no ha perdido la esperanza de que lo sacase.
Total para decir que mis educadores televisivos en mi avanzada infancia han sido los de la 'movida madrileña'. Esos tantos grupos musicales que atentaron contra el oído y los ojos de nuestros padres o, más bien, contra el bien-pensar que es el no-pensar.
Solo eran jóvenes que hablaron como más les gustaba: cantando y montándoselo lo mejor que supieron.
Estuve youtubeando y hay que ver qué de recuerdos. Quizás se convierta este blog en el blog de mi crisis de los 40 que ya no queda muy lejos, como el blog del Padre Fortea que me debe llevar un año o dos de ventaja.
He revivido esa niñez, la pre-adolescencia, la adolescencia y la primera juventud. Casi he visto cómo es eso de la formación de la mente de un niño con esas influencias culturales y audiovisuales. La verdad es que estoy impresionado. De este post, pueden salir decenas.
Pongo un vídeo que no tiene desperdicio por su propio contenido, por méritos propios. Al margen de que esa canción la cantábamos al final de la Misa Dominical de jóvenes de los sábados antes de la cena de la pandilla (peña o cuadrilla). Qué tiempos aquellos!
Y ahora os dejo con una sección de ese programa mítico infantil llamado "La bola de cristal". Con todo esto y mucho más, qué generación esperaban que saliese? No hace falta que diga más. La melodía de la cabecera del programa lo interpretaba el grupo llamado "El koño de la Bernarda". Y la prota era, además de la Bruja Avería, Alaska (Olvido Gara). Para rematar la imagen que os podáis forjar los más jóvenes y los que no vivís en España os dejo con dos vídeos de sendas interpretaciones de Alaska.
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Bienvenido al club. También yo de vez en cuando tengo que echar mano de la nostalgia para descubrir que nuestro espíritu sigue joven. Cada etapa tiene su belleza . Pero la movida.... el cuerpo ya va pasando factura
ResponderEliminarUn saludo
Saludos, Ángel.
ResponderEliminarEfectivamente, cada etapa tiene su belleza... y cada día su afán. No soy muy nostálgico.
Cada generación bebe de las manifestaciones culturales de la época, y la TV entre ellas.
Como he dicho, al recordarlas, he revivido gran tiempo del pasado, cómo aquel niño y aquel chaval le formó, en su parte correspondiente, algunos destellos de esas manifestaciones y ciertos aspectos de fondo como modos de tomarse las cosas con giros de humor, como alguna actitud ante determinadas cosas y sucesos,...
Una etapa importante en mi vida ha sido la de educador. Y era fácil ver cómo, incluso la escuela, la escuela que tiene cierta arrogancia y vanagloria del saber y de la ciencia, marca diferencia entre los hijos y los padres que están al margen de lo que en las aulas se dice.
Ahora veo programación infantil y dibujos animados con personajes clásicos, como los de Disney , por ejemplo, y me estreso. No los soporto por mucho tiempo. Es tal la estimulación que tienen que provocar a los niños, para que les guste y prefiera más a ellos que a los de la competencia, que les acaban por destrozar la atención, la concentración, la serenidad y el sosiego y el disfrute mismo de ser niños.
Siempre se habla del choque generacional. Al ver a aquel niño viendo "La bola de cristal", vi a los padres que no saben el lenguaje que los hijos están adquiriendo. Y aunque solo sea por eso, cierto choque está servido.
Un abrazo. Y enhorabuena por esa familia de siete. Seguiré las actividades y los intereses de esa familia.
Por cierto, hace unos años fui a pasar unos días a un monasterio. Antes de llegar, paré en un bar del pueblo, sonaban canciones de "Héroes del silencio" e hice la asociación entre el nombre del grupo musical y los monjes con lo que iba a convivir unos pocos días.
Por eso me ha llamado la atención tu penúltimo post.
Ni en esa pequeña cosa soy original. jejeje
Bueno, lo dicho. Y enhorabuena.