Se terminaron los capítulos de "La nube del no-saber". Un libro que se debería adaptar a esta época pero está muy bien leerlo según aquella. Ya cada cual que lo adapte.
Me he guardado en estos posts de definir alguna técnica o método para llegar al éxtasis o a la sanación total. Las recetas las pide el falso yo. Ni hay que definir el Camino, ni hay que homogeneizar a la gente en el terreno espiritual, ni hay una industria de santidad. Tampoco hay promesas ni ideales a realizar o perseguir. No sabemos nuestra misión. Quizás, al final de nuestros días, mirando hacia atrás, veamos una misión. Pero nos iremos con las manos vacías y con el corazón grande, o al menos, abandonado en los brazos de Cristo, alegres.
Sigo sin saber cómo llamar a esos momentos de soledad y serenidad dedicados exclusivamente a la oración contemplativa, pues la oración contemplativa se irá dando durante todo el día.
Cada cual tendrá más facilidad o menos para "hacer contemplación". Las personas sencillas con el intelecto más virgen y conservando buena parte de la inocencia, les será más fácil ponerse a contemplar. Las personas de ciudad, con tanta competitividad, con tantas exigencias, con esa forma de vida más alejada de lo natural (que para más inri se considera como un logro y un avance),... o personas con máscaras, caretas, corazas, mecanismos de defensa, forzadas a racionalizar para buscar soluciones,... y otras por mil circunstancias, les será más laborioso volver a la sencillez. O no o quién sabe sino Dios.
Sé que he hablado de más, pues hay cosas que uno las debe descubrir por sí mismo. Estos textos pueden parecer más o menos lógicos y coherentes o no. No son para debatir. Son para compartir. Cada cual debe descubrir cual es la Realidad y cómo se vive y la vive. Esto no es un hurra al relativismo pues la Realidad es la misma para todos, el camino es infinito y nada es definitivo. A los contemplativos no les da miedo ese supuesto riesgo.
El contemplativo no expone su ciencia aun con la seguridad de que vaya a ser aceptada. Quien contempla guarda silencio y vive. La contemplación siempre escapará a cualquier control.
Bueno, todo esto viene porque quería hablar de la respiración consciente. Hay quien necesitará empezar la oración con ese ejercicio e incluso con alguno de relajación. Pero hay webs que lo explican mejor que yo y no me voy a detener. Estos ejercicios se integran perfectamente en el dialogo amoroso con el Espíritu, Cristo, la Naturaleza,...
Se puede aprender de técnicas orientales. Son muy buenas. Por ejemplo, yoga. Buen provecho!